ANTIQUAE LECTIONES
El legado clásico
desde la antigüedad hasta la Revolución Francesa
Juan Signes Codoñer,
Beatriz Antón Martínez, Pedro Conde Parrado, Miguel Ángel González Manjarrés,
José Antonio Izquierdo (Eds.)
Madrid, Cátedra, 2005.
Introducción: Importancia de la
tradición clásica en la cultura occidental. El título lo han tomado, en
préstamo y homenaje, de la vasta miscelánea enciclopédica publicada en Venecia
en 1516 por el humanista italiano Ludovico Ricchieri, gran estudioso del legado
greco-latino.
Apuntes sobre la tradición de la literatura
clásica: una introducción sobre la tradición clásica, a través de distintas
épocas. La transmisión del antiguo legado ha permitido que muchas obras
clásicas se conserven, aunque otras se hayan perdido.
Sobre el concepto de tradición clásica:
interesante la etimología de “tradición”: del latín traditio, un sustantivo abstracto de la misma raíz que el verbo do (‘dar’), con el sufijo propio de
abstractos –tio y con el prefijo tra- (trans), que está también en el
verbo compuesto trado (‘transmitir’),
y significa, por tanto, algo así como ‘acción de dar a través de una serie de
mediadores’, ‘donación sucesiva’, ‘transmisión hereditaria’.
El sustantivo
“tradición” es el más recurrido y más exitoso en los últimos tiempos para
hablar de las escuelas de cultura y literatura grecolatinas en la posteridad,
aunque con él coexisten términos como “pervivencia”, “influencia”...
El estudio de
la tradición clásica debe atender legítimamente a todo lo relativo a la perduración
de cualquier elemento de las civilizaciones clásicas griega y latina. De esta
manera, una investigación sobre el latín posterior al de la Antigüedad,
medieval, humanístico o neolatín, podría quedar bien comprendida en la
“tradición clásica”.
Las secuelas
de lo clásico han sido continuas hasta nuestros días. En determinadas épocas,
como el Renacimiento, el impacto ha sido más ostensible. En otras épocas, como
el Romanticismo, se ha procurado una cierta huida.
Distinción
tradición patrimonial (asumida inconscientemente) / tradición culta (deliberada
y consciente).
Casi siempre
el legado de Grecia se transmite a través de obras latinas.
La tradición
se ha extendido hacia el Oeste: de Grecia a Roma, de Roma a Europa y al resto
del Imperio, y de Europa a América.
Sección I: La formación de la tradición
clásica en Grecia
No hay acuerdo
en el grado de incidencia que el uso creciente de la escritura tuvo en la
conformación de tradiciones. Aquellas tradiciones basadas en la tradición oral
son consideradas inmutables por la comunidad, aunque se han conformado a través
de cambios; las leyes escritas, por el contrario, aunque inalterables en el
presente, abren el camino a una permanente revisión y actualización.
Este conflicto
se vivió en la Atenas del siglo V a. C., en el que se produjo un debate entre
la “ley no escrita” de la comunidad, defendida por las familias aristocráticas,
y la legitimación democrática. El enfrentamiento está simbolizado en la Antígona
de Sófocles.
A pesar de que
se ha solido considerar que la democracia ateniense no habría sido posible sin
escritura, hoy sabemos que muchos atenienses del siglo V asociaron la escritura
a un sistema tiránico y represor, propio de las monarquías burocráticas
orientales. Heródoto vincula la escritura con la tiranía y el dominio persa,
mientras asocia las tradiciones orales a la polis griega.
Lo que hoy se
consideran “clásicos” griegos son en parte resultado de una sociedad en
bulliciosa transformación de la oralidad a la escritura y no, como pensaba el
clasicismo moderno, de una sociedad equilibrada que ha alcanzado su cénit.
Un tirano,
Pisístrato de Atenas, fue el que introdujo el alfabeto jonio, y con él
acudieron a Atenas todo tipo de poetas e intelectuales. Surgieron allí
certámenes dramáticos y se difundieron copias escritas de la Ilíada y la
Odisea.
Aunque la
poesía había sido inscrita en piedra o cerámica, nunca tuvo un público lector
hasta fines del siglo VI. Los pisistrátidas, impulsores de la escritura al
servicio de sus intereses y en contra de los de la aristocracia, como tiranos
que se apoyaban demagógicamente en el pueblo, pusieron en marcha, sin saberlo,
un proceso que acabó en la democracia ateniense del S. V. Se había producido el
“milagro griego”: en ninguna otra cultura hasta entonces la escritura se había
socializado al servicio de la colectividad.
Carácter
clásico de la literatura griega arcaica: concepción de lo clásico heredera de
los griegos de época helenística, que fueron los que a partir del siglo III
estudiaron la literatura griega anterior a partir de los rollos de papiro. Es
en época helenística cuando se creó este concepto de lo clásico (intemporalidad
y universalidad).
Prosa: gran
parte del debate filosófico sigue siendo oral en el siglo V, al igual que son
orales las discusiones entre los oradores en las asambleas. Los griegos de este
periodo no entienden que se pueda debatir por escrito (e. g.: Pericles).
A finales del
V, la prosa, por influjo de los sofistas, empieza a adquirir cualidades
literarias. Los discursos judiciales empiezan a escribirse (Demóstenes).
Platón, que defiende un debate oral, escribe Diálogos para divulgar su
doctrina.
La batalla
comercial la ganó la prosa, de tal forma que apenas se han conservado textos de
poetas del siglo IV.
La importancia
que los griegos otorgaban a la oratoria puede comprobarse ya en los poemas
homéricos. En la Ilíada: reputación de Néstor; embajada a Aquiles;
petición de Príamo a Aquiles para que le entregue el cuerpo de Héctor... Sin
embargo, el nacimiento de la retórica se debe a Tisias y Córax (Platón, Fedro;
Aristóteles, Retórica), dos siracusanos del siglo V a. C.
La Retórica
puso énfasis en dos capacidades contrapuestas: la brevedad y precisión y la
extensión ilimitada sobre un tema. Gorgias fue el creador de diferentes figuras
retóricas, entre otras la antítesis y los homoiotéleuta, entre otros.
El progreso de
la oratoria se vio fomentado por las características de la vida política en la
ciudad-estado, sobre todo en Atenas, donde las asambleas y los tribunales
populares hacían indispensable la elocuencia. Las contribuciones principales a
la maduración de la retórica fueron las de Isócrates, Aristóteles y Teofrasto.
Isócrates,
alumno de Gorgias, fue continuador de la sofística en su defensa del valor
educativo de la retórica. Platón se opone radicalmente a esta concepción como a
toda la sofística: el arte retórico es moral y políticamente reprochable porque
destruye la verdad.
Para
Aristóteles, la Retórica es la ciencia general de la persuasión. Se encuentra
estrechamente relacionada con la dialéctica y la política. Dialéctica: asuntos
generales. Retórica: asuntos concretos. En su obra Retórica describe los
tres tipos de discurso, grave o elevado, medio y humilde.
En Oriente se
seguirá estudiando Retórica en los originales griegos durante la Edad Media.
Sólo a partir del Renacimiento volverá la Retórica aristotélica a influir en
Occidente.
La Poética se
desarrolló en Grecia como consecuencia de la preocupación sofística por la
lengua y su correcto uso.
La Poética
aristotélica no es una obra de teoría literaria general, sino que se limita al
análisis del drama y de la épica. Parte que se conserva: tragedia y épica.
Platón en la República y Aristóteles en la Poética consideran la
imitación la esencia de la obra poética. La poesía despierta emociones y es por
esa función ética por lo que les interesa, sobre todo subordinada a la función
política. Finalidad catártica de la tragedia: seis elementos – trama, carácter,
expresión, pensamiento, espectáculo y canto.
La teoría de
Aristóteles es válida para géneros desarrollados mucho después, lo que ha
convertido su tratado en uno de los más valiosos en la historia de la crítica
literaria.
El libro
termina con el estudio de la épica.
La teoría
literaria griega posterior y la romana no llegaron a alcanzar la originalidad y
profundidad del sistema aristotélico. Cicerón, Horacio, Quintiliano y muchos de
los que siguieron se concentraban en una teoría normativa que consistía en dar
reglas de interpretación y consejos a los futuros retóricos.
Rechazo al legado
clásico por parte de los cristianos. La poética platónica se recibe en el siglo
XV. El siglo XVI se caracteriza por la fuerte influencia de la Poética
de Aristóteles.
El comienzo de
la época helenística, y por tanto el final del Clasicismo, se ha fijado en el
año 323 a. C., fecha de la muerte de Alejandro Magno (Aristóteles murió al año
siguiente). Siguió una consolidación de las monarquías helenísticas: Ptolomeos
en Egipto, Seleúcidas de Siria y Atálidas de Pérgamo, que van a conocer un
apogeo cultural, económico y político.
La
civilización helenística se extiende imponiendo una lengua común o koiné y una
uniformidad cultural. Esta cultura está vinculada a grandes núcleos urbanos,
sobre todo Alejandría, pero también Antioquía, Pérgamo... que atrajeron a
científicos y literatos a trabajar en ellas.
El mecenazgo
ptolemaico fue el más importante. Ptolomeo II Filadelfo instituyó (280 a. C.)
el Museo, que se constituyó en el centro de una comunidad literaria y
científica. Sus miembros tenían alojamiento en el Palacio Real, sueldos
elevados... En cuanto a la otra fundación, la Biblioteca, cientos de miles de
rollos de papiro (aprox. 490000) fueron almacenados allí durante la primera
mitad del siglo III a. C., a imitación del Liceo y de la Academia de Atenas.
En esta etapa
se dice adiós definitivamente a la oralidad que caracterizó a la cultura
arcaica. Se intentaba convertir la literatura clásica en un bien permanente, un
propósito al que subyacía la idea de que la literatura clásica se había
terminado ya. Tras este proceso subyacía el concepto de lo clásico.
Los
bibliotecarios tuvieron que poner en orden los libros. Esta simple
“catalogación” es la base de la moderna crítica literaria. Calímaco y Apolonio
de Rodas eran al mismo tiempo bibliotecarios y filólogos. El modelo
poeta/crítico marcó la pauta para el mundo posterior, empezando por el romano
Horacio, cuya actividad como poeta no es comprensible sin su erudición
filológica.
Los
gobernantes de Pérgamo también fundaron una gran biblioteca (tal vez obra de Eumenes
II, 197-159 a. C). La figura más importante fue Crates de Malos, un estoico que
inventó el pergamino.
“Sincretismo
religioso” es una expresión que designa cualquier clase de influencia mutua
entre religiones.
Las relaciones
entre la religión griega y las orientales son muy antiguas. Hesíodo: su relato
se parece tanto a otros procedentes del mundo hitita y mesopotámico, que la
influencia de éstos sobre aquél es evidente. Como los griegos no tenían libros
sagrados ni una casta sacerdotal guardiana de sus tradiciones, no había seria
oposición a los cultos foráneos.
Con Alejandro
Magno (356-323 a. C.), los principales centros de cultura no estaban ya en
Grecia, sino en Asia o Egipto, y la literatura, la filosofía y el arte se
cultivaban por monarcas absolutos, divinizados según la costumbre oriental.
Conviene
considerar el sincretismo religioso helenístico como resultado de la expansión
cultural griega en Asia y en Egipto desde la conquista de Alejandro hasta la
implantación del cristianismo.
Fenómenos de
sincretismo: identificación de unos dioses con otros, tanto entre las mismas
divinidades griegas como entre griegas y extranjeras: Apolo con Helio, Ártemis
con Hécate y con Selene, Zeus con Amón o Baal, Dioniso con Osiris...
Equivalencia
Zeus/Ahora Mazda (=Oromasdes)/Vrthagna (=Artagnes).
Equivalencia
Apolo/Mitra/Helio(=Sol)/Hermes.
Serapis,
divinidad nueva formada a partir de Osiris y Apis.
La tradición
didáctica griega tiene su continuación en Roma, se recupera sobre todo con el
movimiento humanístico y perdura modernamente como una de las bases de la
cultura occidental.
El avance de
la cultura escrita no representó un progreso para las capas de la población que
no podían acceder a la educación. Persistió el dominio del verso como vehículo
de la memorización y también el sentimiento de la inutilidad de la educación,
como caprichoso privilegio de los ricos.
El estado
particular de la mujer era mucho más precario.
Eran los
padres los que costeaban tanto la educación elemental como la superior; estamos
ante una finalidad típica de las clases acomodadas. Plutarco aconseja a los
padres sobre la crianza y la elección de los maestros y pedagogos
(esclavos encargados de la tutela de los niños) y alude al obligado desembolso
familiar.
El maestro de
primeras letras es el grammatistés: carácter elemental de sus
enseñanzas, lectura de poesía, aprendizaje de la escritura, cuentas. Se daba el
cultivo del cuerpo en el gimnasio, y la música.
La educación
intermedia la daba el grammatikós, y la superior, filosofía, retórica,
formación científica con las matemáticas como centro. Antecesor de la suma del trivium
y quadrivium del Medievo.
Aristóteles,
en el siglo IV a. C., distingue claramente la sophía, la epistéme
y la téchne.
Téchne:
el arte es un conocimiento que proviene de la experiencia. No debemos creer que
téchne tenga relación con la técnica; ésta tiene que ver con la artesanía.
Epistéme:
traducido habitualmente como “ciencia”, se refiere a un grado de conocimiento
superior –explicaciones racionales de hechos naturales a los cuales se había
dado tradicionalmente la consideración de sobrenaturales.
Sophía
o sabiduría: suprema categoría del conocimiento que se ocupa de las causas
primeras y de los principios. Principios que para Aristóteles son las célebres
cuatro causas del ser: material, formal, eficiente y final. Estaríamos ante lo
que llamamos filosofía.
Anaxágoras (V
a. C.) y Tales de Mileto (IV a. C.): sólo existía un elemento común.
Empédocles: división en los clásicos cuatro elementos, a causa de las fuerzas
de amor y odio. Esto servía para tener, en el siglo V a. C., un esquema
compacto que diese razón de todos los seres de la naturaleza.
Demócrito, a
principios del s. IV a. C.: aceptación del atomismo como explicación científica
de la naturaleza.
Razonar por
qué no fue sencillo admitir una concepción heliocéntrica nos llevaría a hablar
del heliocentrismo de Aristarco de Samos (320-250 a. C.), excepcional dentro de
la visión geocéntrica de la astronomía griega.
La palabra
griega téchne remite al ámbito de la artesanía y la vida cotidiana. Mechanikoi:
creadores o perfeccionadores de los llamados ingenios mecánicos. Herón de
Alejandría (s. I d. C.), Arquímedes de Siracusa (287-212 a. C.).
Autor:
Fernando Muñoz Box
Sección II: Grecia y Roma
Roma invade Grecia y Grecia invade Roma: Superado
el dominio etrusco, la expansión romana por la península alarmó a las ciudades
griegas del sur. La caída de Tarento (272 a. C.) produce la primera
introducción masiva de obras de arte y prisioneros griegos en la capital
latina.
Durante la
Segunda Guerra Púnica, Filipo V de Macedonia se alía con los cartagineses.
Después de la derrota cartaginesa en Zama (202 a. C.), tiene lugar la Segunda
Guerra de Macedonia. Sometimiento a la influencia romana de las “liberadas”
ciudades griegas. Tercera guerra de Macedonia: dominio romano total de la
región.
El helenismo
penetró en Roma durante los siglos III-II, como un tipo de refinamiento
cultural de las clases altas. Los romanos son los precursores de un sistema de
educación basado en las humanidades greco-latinas.
Horacio: Graecia
capta ferum uictorem cepit (“La Grecia conquistada conquistó a su fiero
vencedor”). Admiración hacia la superior cultura que se reconocía en el mundo
griego clásico.
Al inicio de
la era cristiana, la civilización romana alcanza creaciones propias de muy alto
nivel. En el mundo romano dominante en el Mediterráneo, se constata un fenómeno
de bilingüismo (griego/latín).
Cicerón nos
dice que ya en la época de Lucio Licinio Craso (140-91 a. C.) y Marco Antonio
(143-87 a. C.) se pueden encontrar en la ciudad escuelas de retórica.
Hermágoras
sistematizó las partes de la retórica (invención, disposición, elocución,
memoria y pronunciación del discurso); y las partes del discurso (introducción,
narración, argumentación, conclusión). Pero sobre todo los status o
estados de la causa: conjetural, definición, cualidad y procedimiento.
En 94 a. C.
Plocio Galo abre su escuela para enseñar exclusivamente en latín.
Cicerón: Rhetorica
ad Herennium y De inventione. El Ad Herennium es el primer
manual completo escrito en latín. De inventione es una obra de juventud.
Principales manuales de enseñanza en el Medievo. La influencia de Aristóteles
fue muy grande. En lo que se refiere al Ad Herennium, se reconocen sólo
tres status (conjetural, legal, jurídico). Cicerón reivindica la
importancia de la filosofía en la formación del orador; y define los officia
oratoris: probare, delectare, flectere.
Con la
desaparición de las libertades públicas, la oratoria decae.
Para Epicuro,
la filosofía tiene como misión la verdadera libertad, la auténtica serenidad (ataraxía).
Cuatro errores impiden aquella libertad y serenidad: temor a los dioses, miedo
a la muerte, ansia de placeres y rechazo al dolor. Ej.- Lucrecio, De rerum
natura.
Muy pronto se
extiende el estoicismo. Para los estoicos, el sabio debe armonizar su conducta
con la ley divina y buscar la verdad y la felicidad por la ausencia de pasiones
(apátheia).
Ya en el
Imperio, Séneca se interesará por la física y por la ética. En él se une la
exigencia del amor universal hacia los hombres con el miedo a la muerte y la
idea de que el alma es inmortal y está prisionera del cuerpo.
La literatura
latina nace, en cierto modo, del diálogo con la literatura griega. El modo en
que se lleva a cabo esta asimilación afecta a la creación literaria.
Los modelos
griegos influyen en el creador y en el lector gracias a actividades como la imitatio
(asimilación imitativa), la aemulatio (emulación, transformación del
modelo, intentando superarlo) y la syncrisis (comparación o valoración
contrastada de varios autores).
En el ámbito
del teatro los modelos griegos ejercen una influencia decisiva mediante
distintos procedimientos de adaptación.
La influencia
de los géneros griegos no impide que surja un género más propiamente romano,
como la sátira: Ennio, Lucilio y Varrón.
Nueva poesía:
Catulo (84-51 a. C.), adaptando diversos metros griegos e inspirándose en la
poesía helenística.
La épica
latina alcanza su punto culminante con la Eneida de Virgilio (70-19 a. C.).
La poesía
lírica de época augústea alcanza con Horacio (65-8 a. C.) el mayor grado de
asimilación de sus referentes poéticos. Las Odas muestran una depurada técnica
de imitación de Safo y Alceo, Píndaro, Calímaco.
Tras la muerte
de Augusto (14 d. C.), tiene lugar el surgimiento de una conciencia de lo
clásico de la propia tradición romana. Se dan nuevas relaciones entre el poder
imperial y la literatura, condicionando la libertad de los escritores.
Imitatio
no sólo de la obras griegas, sino también de los propios precedentes latinos.
Ovidio (43 a. C.-17 d. C.).
Épica de época
flavia: Las argonáuticas de Valerio Flaco.
Prosa de la
oratoria imperial: en lugar de las orationes clásicas, la oratoria se aplica a
la creación de ejercicios retóricos llamados declamaciones, que tenían su
origen en repertorios de composiciones similares. La prosa filosófica de Séneca
recoge muchos elementos acuñados por Cicerón. Dialogi.
La literatura
técnica presenta dos grandes modalidades: monografía sobre una determinada disciplina,
o bien el tratado general de carácter enciclopédico. Obra de medicina de Celso,
que vivió en época de Tiberio (14-37 d. C.)
Epigrama
latino: culminación del género se alcanza con Marcial.
Fábula de
Fedro.
En otros casos
la relación con las obras griegas cobra un carácter paródico.
Siglo II d.
C.: Plutarco, Apuleyo. Versiones más o menos vulgarizadas de las escuelas
filosóficas helenísticas, así como cultos y religiones de ascencia oriental, en
una forma de sincretismo religioso.
La época
imperial, en resumen, contribuye a enriquecer el legado clásico grecolatino.
Ciencia y técnica en Roma: Grandes autores griegos,
como Dioscórides (s. I d. C.) o Galeno (s. II d. C.) trabajaron en Roma o bajo
su dominio.
La literatura
técnica latina en prosa adopta dos formas:
1)
el manual, forma habitual para fines didácticos;
a.
el manual técnico-práctico, que adopta la forma de
repertorio de datos;
b.
manuales de consulta.
2)
La enciclopedia: forma y función que la hacen
eminentemente latina. Dedicada a la formación cultural general. A este grupo
pertenecían obras de Catón, Varrón y Celso, pero no se conservan. Sólo hay una
muestra representativa de Plinio.
Sección III: Imperio romano y
cristianismo
Los contactos
entre Israel y Grecia se hallan atestiguados por medio de la arqueología desde
el siglo VII a. C. En época helenística se intensifican estos contactos
(Alejandro Magno, 332 a. C.). Ptolomeos, y luego Seleúcidas. Reinado de los
Macabeos desde 164 hasta 62 a. C. Desde entonces, se dio la influencia de Roma.
El gobierno romano directo en Judea comenzó en el año 6 d. C., cuando Augusto
depuso a Arquelao, hijo de Herodes el Grande. Este dominio duró hasta el fin
del Imperio de Occidente.
Helenización
de Israel: cambios en la religión, producción literaria en griego, uso de la
lengua griega en transacciones comerciales, inscripciones sepulcrales,
educación a la griega, helenización de nombres propios semitas.
Religión:
Alejamiento de Dios de las realidades humanas y del universo, ángeles y
demonios aumentan en número, mayor hincapié en la religiosidad individual,
alma/cuerpo, inmortalidad/resurrección, conceptos morales del estoicismo.
Hecho
literario: traducción de la Torá al griego. Comenzó en el s. III a. C. en
Alejandría.
Dos cánones de
“escritos sagrados” del Antiguo Testamento:
1)
el hebreo: también fragmentos en arameo. Propio de
judíos y luego de protestantes tras la Reforma;
2)
el alejandrino, con mayor número de libros, añadidos en
griego, que serían expulsados del canon judío en el s. II d. C., cuya validez
sólo aceptan católicos, ortodoxos y otras iglesias.
La literatura helenística es toda
de tema religioso. Falsificación de Oráculos Sibilinos. Obras no religiosas,
como poesía épica, narraciones noveladas, etc. en defensa del judaísmo. Ej.-
Flavio Josefo y Filón de Alejandría.
Josefo se
dedicó a hacer la mejor propaganda del Imperio ante los judíos, a la vez que
defendía a éstos de los falsos prejuicios y maledicencias de los grecorromanos.
Filón es autor
de una importante obra filosófica. Platonismo.
Desde el punto
de vista de impacto social, el Nuevo Testamento es la obra más importante del
judeohelenismo.
Herencia pagana de la religión cristiana: Ecumenismo
de San Pablo a finales del siglo I. Pablo reinventa el cristianismo para
ofrecerlo al Imperio Romano.
El
cristianismo fue la única religión excluyente en su época y su éxito radicaba
en el exterminio de las restantes. Este exterminio requirió estrategias, como
la destrucción de templos o la cristianización de fiestas y ritos para otorgar
un nuevo ropaje a las viejas prácticas. Triunfó el catolicismo tras muchas
luchas de poder en el seno de la Iglesia.
Justino, a
mediados del siglo II, defiende que la herencia pagana era obra del diablo para
desconcertar a los fieles.
El sospechoso
misterio de la Trinidad atenta contra la propia esencia del monoteísmo. Los
santos también parecen de religión politeísta. Así, en la misma medida que el
Mediterráneo se hace monoteísta, el cristianismo se hace politeísta.
La muerte
salvífica del dios no es una novedad. Ciclos míticos en Alejandría de
Isis-Osiris-Serapis, misterios frigios de Cibeles, o Mitra, dios iranio
regenerado. La revelación divina también era común, y también la resurrección,
que los cultos mistéricos ofrecían como salvación eterna en compañía de sus
dioses.
En la ética
propugnada, ámbito de valores, se da el control del cuerpo.
En los
rituales, tres niveles de herencia: 1) calendario; 2) lugares sacros, 3)
mecanismos de relación con lo divino, cristianización de las formas.
Terminología
para enunciar bases teológicas: se usaba el mismo de antes.
En el ritual
cotidiano los fieles reproducen en los nuevos espacios sacros los mismos
comportamientos que habían tenido con sus dioses locales: los lavan, los
visten, les ofrecen dádivas y rezan para que intervengan por ellos.
Iconografía:
Cristo como Apolo que sufre con el aspecto de un Laocoonte; pastor: fisonomía
de los moscóforos; madre, diosas paganas: hierática Hera; Isis amamantando a
Horus.
Castidad.
Castración entre los seguidores de Cibeles, análoga al celibato.
La sumisión no
es una innovación cristiana, sino una tendencia en el Mediterráneo de época
imperial.
Según los
pensadores cristianos del siglo IV, hay coincidencia entre imperio romano e
imperio cristiano desde el principio. La llegada de Cristo coincide con el
reinado de Augusto. Los ideólogos a este respecto son Agustín (354-430) y su
discípulo Orosio. Este último propone su doctrina de los cuatro imperios: el
babilónico, el macedónico, el cartaginés y el romano. Pero Osorio no acepta que
Roma esté llegando a su fin, haciendo intervenir a Dios en la historia, y con
la idea de que el imperio romano se identifica con el cristiano.
Cristianismo
con Constantino. Sus sucesores serán todos cristianos. Teodosio, en 380,
declaró al cristianismo como religión oficial del Imperio, prohibiendo la
práctica del paganismo. La victoria de Teodosio en 394 sobre el paganismo
político de Eugenio es considerada como el triunfo definitivo del cristianismo
sobre el paganismo.
La Iglesia
Católica se unifica y consolida su doctrina, alcanzando enorme poder político y
económico. Llegará un momento en que el obispo de Roma será quien se convierta
en auténtica cabeza de todos los nuevos estados bajo la bandera del
catolicismo. Gregorio Magno, año 590.
Galia:
cristianismo con los merovingios; Italia: ostrogodos; España: unidad bajo el
signo católico con el visigodo Recaredo.
Tertuliano y
el propio Agustín conocen, asimilan y utilizan la cultura pagana. Para el
cultivo de determinados géneros los cristianos se sirven de los principios
literarios que han regido la composición de esos mismos géneros en la
literatura latina.
El tratado
agustiniano De doctrina christiana es posiblemente el más importante
tratado teórico de un autor cristiano acerca de la asimilación de la cultura clásica
por parte de cristianos. Y si la cultura clásica se salvó fue gracias a que
cayó en manos de los cristianos; ellos fueron los que la mantuvieron más o
menos aletargada durante siglos.
Una buena
parte de la producción literaria de la Iglesia, durante los ss. III y IV, es
apologética. Hay acusaciones tanto de los cristianos a los paganos como al
revés.
Agustín: su
Ciudad de Dios es una defensa clara del pensamiento y la actitud cristiana,
hecha con argumentos y con procedimientos literarios propios de las escuelas de
Retórica paganas.
Los primeros
autores cristianos que atacaron a los griegos eran ellos mismos de cultura y
lengua griega y escribieron en griego sus obras.
Justino,
seguidor antes de su conversión de distintas corrientes filosóficas (estoicismo,
aristotelismo, pitagorismo, platonismo), en su obra consiguió poner los
primeros cimientos de un sistema filosófico cristiano a imitación del pagano,
buscando el reconocimiento de su doctrina.
El ateniense
Tito Flavio Clemente, educado en filosofía pagana, sentará en Alejandría las
bases de la filosofía cristiana. Clemente desarrolló la idea de que las
creencias del cristianismo eran muy anteriores a las del paganismo, puesto que
Moisés había vivido antes que Homero. Según esta idea, prestada de pensadores
judíos, eran los griegos los que habían conocido las doctrinas cristianas
(judías) en Oriente, adonde habían viajado Pitágoras o Platón, y no al revés,
los cristianos los que, como sabemos, dependían de la tradición cultural
pagana.
Esto supuso la
cristianización de muchos pensadores griegos, incluso a Sócrates le hicieron
santo.
Siglos V-VIII: fin del mundo
antiguo e inicio de la Edad Media. División entre Oriente y Occidente (395),
desaparición del Imperio de Occidente (476). Desde 330, Oriente como entidad
propia.
La cultura
clásica comienza a sobrevivir principalmente como cultura cristiana y se
encauza por dos caminos, el griego y el latino, que no volverán a encontrarse
hasta el Renacimiento.
Desde Arabia
tiene lugar en el s. VII una expansión territorial de gran alcance; en el s.
IX, renovación filosófica. Judaísmo e islamismo, como culturas desarrolladas
dentro del ambiente del helenismo, recogieron distintas caras de la herencia
clásica.
La
construcción de iglesias transforma los paisajes urbanos y rurales. Sin
embargo, hay rasgos del clasicismo, como la reutilización de las basílicas
paganas y la decoración con mosaicos (Rávena, Constantinopla).
La capacidad
de adaptación de las clases dirigentes romanas tiene a fortalecer las
posibilidades de una nueva unidad. Legitimación del poder.
Poder de los
obispos: atribuciones seculares concedidas por Constantino. Ej.: Ambrosio, Juan
Crisóstomo, Agustín, Martín de Tours.
Fue mayor la
solidez de la estructura urbana, símbolo del clasicismo, en Oriente que en
Occidente.
El siglo VII
se define como parte de la Antigüedad Tardía o de la Alta Edad Media. No existe
una sociedad unitaria en Europa y Asia. La unidad para ellos era la Iglesia en
cada caso.
La conquista árabe
se produce sobre territorios cambiantes. Se muestra en ellos poca capacidad de
resistencia por parte de las poblaciones del Imperio bizantino. Incluso
aparecen como libertadores. Los sectores dirigentes árabes se apropiaron de la
cultura bizantina, que permanece como sincretismo helenístico y oriental.
Siglo VIII
ocupado por tres mundos: 1) Occidente latinogermano; 2) Bizancio; 3) Islam.
Trivium y
quadrivium: La mención de “artes liberales” lleva aparejada el número siete y
se piensa en un grupo fijo de materias, cuya vigencia en la educación cuenta
con una tradición continuada desde la Antigüedad. Pues bien, ni siempre fueron
siete, ni siempre fueron las mismas.
Ars no
es equivalente de “ciencia”, sino de “técnica”. Necesita una adjetivación para
diferenciarla. “Liberales” quiere decir “dignas del hombre libre”
Cicerón hace
alusión a las artes liberales, ej.: música, geometría, astrología,
gramática y retórica.
Séneca,
clasificación de las artes que hizo Posidonio: artes manuales, artísticas,
destinadas a la educación y destinadas a adquirir la uirtus. Las últimas
son propias del filósofo.
Por primera
vez en Jerónimo de Estridón (350-420) el número de los profesionales de las
artes superiores coincide con siete, pero con ciertas peculiaridades. El número
siete lo completa la medicina.
Es el siglo V,
con Marciano Capela, cuando vemos las siete artes liberales en la forma que se
impondrá a lo largo de la Edad Media. Las materias son: gramática, retórica,
dialéctica, aritmética, geometría, música y astronomía.
El número se
asume definitivamente con Casiodoro (s. VI) e Isidoro de Sevilla (s. VII).
Término
“quadrivium” para designar el grupo de aritmética, geometría, música y
astronomía. Más tardío es el vocablo “trivium” para gramática, retórica y
dialéctica.
Siglo IV,
frontera oriental del Imperio Romano en manos de bárbaros godos. Ostrogodos y
visigodos, asentados al este y oeste del Dniéper respectivamente, de donde
vienen sus nombres. Acaban por enseñorearse en Italia (ostrogodos, ss. V-VI) y
el suer de la Galia e Hispania (visigodos, ss. V-VII). Eco clásico en su
dominio: Boecio, Casiodoro, Isidoro de Sevilla.
En Isidoro
convergen las tres características que definen socialmente las cumbres de la
cultura ostrogoda-visigoda: su familia parece tener origen hispanorromano; tuvo
asiduo contacto con todos los monarcas visigodos contemporáneos, y sus amplios
conocimientos de la cultura antigua estuvieron al servicio de intereses
religiosos y pastorales.
La cultura
visigoda muere con la llegada de los árabes en 711.
Las sucesivas
campañas militares dirigidas por los generales de Justiniano contra vándalos,
ostrogodos y visigodos permitieron restablecer el poder efectivo del imperio
romano, gobernado desde Constantinopla. Pero no consiguió restaurar los modelos
culturales y sociales del imperio, que caminaba ya hacia la constitución de los
estados nacionales.
Con
Justiniano, la lengua de la administración deja de ser el latí y pasa a ser el
griego. Por otra parte, la literatura griega que se cultiva en el reinado de
Justiniano abre paso a nuevos modelos alejados de la tradición clásica. Griego
más próximo al hablado.
Frente
a estos elementos rupturistas, hay todavía escritores clasicistas que intentan
asumir el legado clásico desde el punto de vista formal. Procopio, Agatías.
En
el reinado de Justiniano se persiguió sistemáticamente a los numerosos paganos
que quedaban todavía en Oriente. Los últimos filósofos neoplatónicos tuvieron
qu emigrar a Persia.
En
el siglo VII, con el desmoronamiento del imperio, comienza la época más oscura
de Bizancio. Asedios masivos.
Derecho
romano: A lo largo de más de un milenio, Roma dio leyes al mundo. La “civitas”
fue dándose normas escritas con plena conciencia de sí, desde el siglo V a. C.
Sin embargo, la voluntad imperial fue convirtiéndose, progresivamente, en
verdadera fuente de Derecho: “lo que quiere el Príncipe tiene fuerza de ley”,
pero siempre auxiliada por los grandes juristas del Principado, que solían ser
altos funcionarios del aparato imperial: Salvio Juliano, Publio Juvencio Celso,
Cervidio Escévola, Papiniano, Ulpiano, etc.).
La crisis del
siglo III trajo modificaciones. Las constitutiones se convierten en la
única fuente innovadora del ordenamiento.
La
codificación justinianea se inscribe en el programa general de este emperador
basado en el viejo esplendor del mundo clásico.
La transmisión de la cultura
clásica en los monasterios: Los fundamentos de todas estas artes, trivium y
quadrivium, no podían buscarse más que en una tradición, la pagana grecolatina,
que era preciso conservar, aunque de manera muy selectiva.
Parece
admitirse en general la existencia de unos “renacimientos medievales”, etapas
en que se cultiva febrilmente a los clásicos, se recuperan sus textos y se imitan
sus temas y sus formas, frente a otras “etapas oscuras”.
Labores de
copia de los clásicos en los scriptoria.
Tras la muerte
de Carlomagno, el imperio se va desmoronando a lo largo de los siglos IX y X, y
la reforma cultural, incluidos el cultivo y copia de los clásicos, se resiente
en gran medida.
Desde finales
del XII y a lo largo del XIII, las escuelas y las incipientes universidades se
dedican ya a asimilar el material recuperado previamente más que a seguir
descubriendo nuevos textos.
En las dos
primeras centurias del gobierno abbasí (ss. VIII-X) tuvo lugar un movimiento de
traducción sin precedentes: casi todas las obras griegas, de carácter
no-literario ni histórico, disponibles a través del Imperio Bizantino, fueron
traducidas al árabe.
Las dos
teorías que a menudo se apuntan para explicar la existencia de este movimiento
son: 1) el celo intelectual de unos pocos cristianos hablantes del siriaco que,
dominando el griego por su educación y el árabe por las circunstancias
históricas, decidieron traducir ciertas obras para provecho de la sociedad (o
para promocionar su propia religión); 2) la sabiduría, la apertura de mente y
la curiosidad intelectual de unos pocos califas “ilustrados”.
A principios
del siglo IX, el imperio bizantino ve cómo los carolingios al Oeste y los
abbasíes al Este de sus fronteras construyen en gran medida su identidad a
costa de la propia.
Sin embargo,
los bizantinos, recién salidos de su crisis búlgara, no tardaron en reivindicar
para sí en exclusiva la condición de “romanos” negándosela al mismo tiempo a
los cristianos de Occidente.
Por aquel
entonces empezaron a circular en la corte abbasí genealogías míticas que hacían
a los árabes directos descendientes de los antiguos griegos y situaban a los
bizantinos al margen de esta herencia cultural. Ante esta situación, los
intelectuales bizantinos empezaron a dar una importancia creciente al legado de
los antiguos griegos.
Sólo durante
el gobierno del último emperador iconoclasta, Teófilo (829-842), se produjo un
apoyo decidido al estudio de la cultura filosófica y científica griega clásica.
Una figura clave es León el Filósofo.
El saqueo de
Constantinopla por los cruzados occidentales en 1204 marca una ruptura en el
clasicismo bizantino: gran parte del legado griego se perdió en unos pocos días
en incendios y pillajes de los soldados cristianos de Occidente.
El florilegio
en la Edad Media es una recopilación de extractos de obras de diferentes
autores –sean clásicos, cristianos o medievales- realizada por un solo
compilador. Más de mil testimonios conservados.
Hay
florilegios puramente patrísticos. Otros reúnen textos cristianos y clásicos.
En otros florilegios se incluyen textos medievales: es el caso del Berlín Diezianus
B60, que recoge, además de extractos de autores cristianos y clásicos, textos
bíblicos y de escritores medievales.
En un
florilegio el excerptor selecciona y decide qué obras son dignas de ser
extractadas, y de ellas, los textos que deben formar parte de la colección.
A la amplia
difusión de estas antologías en la Edad Media contribuyeron los métodos de
enseñanza, pero también el que su uso resultaba más cómodo que la consulta de
las obras completas.
Los dos
florilegios de autores clásicos más ricos e importantes anteriores al siglo
XIII son el Florilegium Gallicum y el Florilegium Angelicum.
El principal
valor de estas recopilaciones reside en ser receptoras y transmisoras de la
cultura clásica.
Los árabes que
llegan en el siglo VIII no traen ningún patrimonio científico digno de mención.
En las ciencias, hay tres áreas de trasvase del mundo visigótico al árabe: 1)
la medicina, monopolizada por físicos mozárabes, Aforismo, identificado
con los Aforismos de Hipócrates. 2) Astrología: “sistema de las cruces”,
pasó al castellano en una traducción alfonsí como “Libro de las cruzes”. 3)
Agronomía.
La nueva
actitud del saber árabe persigue la educación de los príncipes. Influye
decisivamente la pasión por la astrología y el interés en otras de las ciencias
de los antiguos (ciencias de tradición clásica más la filosofía).
El primer gran
astrónomo y matemático andalusí, Maslama de Madrid, conoció profundamente el Almagesto
y el Planisferio de Ptolomeo.
La filosofía
se desarrolla más tarde que las ciencias.
Aunque pueda
parecer una paradoja, a partir del siglo XI en que se produce el auge
definitivo de la ciencia y el pensamiento andalusíes, las obras del Oriente
musulmán acasi dejan de llegar. Ello se debe a que el gran corpus de de las
traducciones clásicas ya se había completado, y el de obras de los tratadistas
árabo-islámicos estaba ya muy avanzado. En la única ciencia de los antiguos en
que advertimos una recepción más tardía del legado clásico es la filosofía, ya
que ésta se desarrolla a partir del s. XI.
Platón fue mal
conocido por los andalusíes.
Los
fundamentos de la cultura y la ciencia de los árabes se apoyaban en el legado
cultural, filosófico y científico griego difundido en Oriente a través del
helenismo y más tarde por el cristianismo de habla griega de las iglesias orientales.
La parte
fundamental del paso de la cultura griega al Occidente latino tuvo su origen en
las traducciones al latín de la ciencia árabe entre los ss. X y XIII en las
diversas Escuelas de Traducción de la Península Ibérica, con Toledo como la más
conocida.
Transmitidas
estas traducciones al mundo cristiano latino, con la creación de las
universidades, la enseñanza en ellas se apoyó fundamentalmente en la lectura
directa y el comentario de los autores más importantes de cada una de las
ciencias.
La Universidad
medieval se caracteriza por una forma de organización corporativa y por un
método de enseñanza basado en la escolástica, rasgos ausentes en otros centros
de enseñanza superior de la época, en el mundo bizantino o musulmán.
Las
universidades surgen en plena Edad Media (ss. XI-XIII) en un contexto de
crecimiento económico y demográfico, de renacimiento de las ciudades... La
Universidad dinamizaba la vida económica de las ciudades en que tenía su sede,
educaba a los clérigos y juristas que nutrían las cortes, elevaba el nivel
cultural...
Carlomagno
había dispuesto la creación de escuelas en los monasterios y catedrales del
Imperio, para formar clérigos, monjes, y, a veces, laicos.
La enseñanza
universitaria era más prolongada que la actual. En este sistema de enseñanza lo
oral jugaba un papel fundamental, pero dicha oralidad se apoyaba en los libros
y se plasmaba luego por escrito. Enseñanza del trivium y el quadrivium.
La enseñanza
se desarrollaba toda en latín.
En los siglos
XIV y XV se multiplicaron los centros universitarios impulsados por reyes o
príncipes, pero la proliferación de universidades y las crisis
político-religiosas supusieron la pérdida de su carácter plurinacional. Además,
el poder real y pontificio supuso una creciente injerencia en los asuntos
universitarios y una limitación de su autonomía.
Los maestros
escolásticos consideran a Aristóteles como la autoridad y la fuente inicial de
su saber lógico.
Desde sus
orígenes en Alejandría la Gramática siempre tuvo una relación muy estrecha con
la literatura. Disciplina del trivium. ‘Aprender gramática’ significaba
‘aprender latín’.
El saber
enciclopédico: Etimologías de Isidoro. San Agustín: De doctrina
christiana: reunir todos los conocimientos alcanzados por el hombre como
introducción al cultivo y dominio de la ciencia sagrada.
La llegada del
Derecho justinianeo a Occidente se produjo a través de la Pragmática Sanción
dictada por el emperador Justinano en 554 para reorganizar los territorios
italianos recién conquistados.
El doctor
iuris civilis se convierte en intérprete revestido de autoridad, como los
doctores de la Iglesia en materia teológica. Pero esta autoridad se deriva del
dominio del método: el método escolástico.
Ciencia: La
transmisión del saber griego (junto al árabe y otros) al mundo occidental
cristiano de la Edad Media a través de las traducciones del árabe al latín o
directamente del griego constituye un hecho decisivo en la historia del mundo
occidental.
La dinámica y
las fuerzas motrices se formularon ya en el s. VI. Los filósofos de los ss.
XIII y XIV también discutieron la naturaleza del movimiento.
En las
universidades medievales la enseñanza de las disciplinas matemáticas figuraba
entre los estudios de las artes liberales (quadrivium): Aritmética, Geometría, Astronomía
y Música.
También hubo
importantes tratados de Astronomía, Medicina, Biología... En todas ellas tuvo
una gran influencia Aristóteles.
Primer
humanismo: Aunque el arranque vendría con Petrarca en las décadas centrales del
siglo XIV, podemos hablar ya de humanismo en sentido propio desde los últimos
decenios del siglo anterior. Varios factores propiciaron el nacimiento del
humanismo en el norte de Italia en el XIII: aspectos culturales y literarios:
influencia francesa, poesía provenzal; influencia latina (clásicos),
resurgimiento de la Gramática; factores políticos y sociales: cultura urbana,
repúblicas independientes.
Prehumanismo o
protohumanismo: movimiento urbano, laico, patriótico, estético y literario,
aplicado casi exclusivamente a la poesía. Perceptible en ciudades como Venecia,
Vicenza, Verona.
Se llama
renacimiento paleólogo al auge de la copia de obras antiguas, del sistema
educativo y del nivel cultural (incluidas también las artes) que tuvo lugar
bajo esta dinastía (1261-1453). El acercamiento a los textos clásicos no fue
sólo filológico (copiar, corregir, anotar), sino que hubo una especie de
renacimiento espiritual.
La prehistoria
de la emigración de eruditos griegos a Occidente comienza con las actividades
de italianos de origen bizantino que mantuvieron contactos con Constantinopla.
Acontecimiento importante fue el concilioi de Ferrara-Florencia (1438-1439)
cuyo acuerdo de unión entre las iglesias no fue aceptado en Constantinopla.
Los clásicos
en la España cristiana medieval: Situación privilegiada en la Alta Edad Media
en la transmisión del legado clásico debido a los visigodos, que se interrumpió
con la entrada de los árabes en 711.
En el siglo
XIII destaca la labor de Alfonso X el Sabio y de la llamada “Escuela de
Traductores de Toledo”. Vertieron al romance copias manuscritas de autores
árabes y latinos. Los árabes eran intermediarios en la transmisión del legado
helénico.
Traducción de
autores latinos: Virgilio, Horacio, Ovidio, Lucano, Juvenal... Redacción de las
Partidas, la Crónica General o la General Estoria.
Al
margen de la labor alfonsí, en un plano más literario, dentro del Mester de
Clerecía, destaca el Libro de Alexandre. Alejandro se transforma en un
caballero medieval, que recibe una educación típicamente medieval, instruido
por Aristóteles en el trivium y el quadrivium.
El
Libro de Buen Amor deja sentir un influjo ovidiano, concretamente el Ovidio
maestro de amor.
El
siglo XV se caracteriza por el influjo italiano: Ausías March, Juan de Mena,
Enrique de Villena, Marqués de Santillana.
El
propio Juan de Mena se arrepiente al final de su vida de su excesiva erudición
clásica.
El
‘Renacimiento’ se entiende como una categoría histórica que abarca la vida y
civilización del Occidente europeo (incluyendo el Nuevo Mundo) entre más o
menos el comienzo del siglo IV y las postrimerías del XVI. El término se acuña
por reacción a los años finales del Medievo, es decir, a la escolástica.
Se dan cambios
en la mentalidad política y social, expansión económica, capitalismo
incipiente, desarrollo urbano, progreso técnico, “humanización del hombre”.
Lo que la
historiografía ha llamado ‘humanismo’ es un movimiento cultural y pedagógico
que se aparta de la dialéctica escolástica para formar a los hombres según un
nuevo programa de “estudios de humanidad” (studia humanitatis). Del trivium y
quadrivium quedan sólo la gramática y la retórica, y ahora se estudia la
poesía, la historia y la filosofía moral.
Los
humanistas, como pedagogos o eruditos literarios, impusieron la cultura clásica
en la formación del hombre y se dedicaron para ello a buscar, estudiar,
comentar e imitar los textos de los antiguos. La filología, por tanto, fue su
herramienta esencial.
Más adelante
se da un “segundo humanismo” no italiano, al que perteneció el “triunvirato” de
la primera mitad del siglo XVI: Guillaume Budé, Juan Luis Vives y Erasmo de
Rotterdam, el mayor intelectual del momento. Con la pedagogía como finalidad y
la imprenta por instrumento (que difundió como nunca a los autores clásicos),
estos hombres pretendieron formar Europa con el viejo ideal del clasicismo
humanista, que se teñía ahora de un cristianismo evangélico por los tiempos de
crisis que se atravesaban.
En España el
humanismo había seguido un rumbo diferente: no llegó a la categoría de
movimiento cultural que había alcanzado en otras latitudes. Nebrija.
Fue
revolucionario el invento de la imprenta, por Johan Gutemberg (1396-1468).
Primer libro impreso: Biblia de Gutemberg (1456). Se instalaron impresores en
multitud de ciudades europeas.
Se considera
que el siglo XVI es el momento de la formación de la teoría literaria moderna,
la época de la crítica, porque se fijan y difunden grandes textos sobre la
materia. Redescubrimiento de tratados de época clásica.
Existe un
acuerdo general acerca de los cuatro tipos de fuentes antiguas o tradiciones
para la Poética: 1) Platón; 2) Aristóteles; 3) Horacio; 4) la propia Retórica,
con su tradición y asentados conceptos. Tratados de todos ellos se imprimieron
en el siglo XVI.
En el ámbito
de la Retórica, es imprescindible tener en cuenta la influencia ejercida por la
Retórica de Aristóteles y la Institutio Oratoria de Quintiliano,
así como textos de Cicerón: De inventione, Brutus, Orator, De oratore.
La
Retórica se incorpora al currículo de materias universitarias fundamentales, lo
que induce a la publicación de textos escolares para necesidades docentes.
El
uso y la difusión de la elocuencia clásica exige transformar las enseñanzas del
trivium y aplicar los nuevos studia humanitatis: disciplinas que propician el
mejor conocimiento de la lengua latina a través de métodos gramaticales y
retóricos cada vez más depurados. De este proceso se benefician también las
lenguas vernáculas, a las que se extendía la elocuencia.
Se
advierte, en el ámbito de lo social, un amor creciente por la propia lengua y
en lo político surge la idea de Lorenzo Valla y de Antonio de Nebrija de que la
lengua es compañera del imperio.
En
el Renacimiento renace la antigüedad romana más que la griega. Fueron los
romanos, no los griegos, los que transmitieron al Renacimiento la noción de
historia nacional.
La
Historia adquiere ahora un valor instrumental y moral, una finalidad pragmática
y ejemplar. A partir de Nicolás Maquiavelo y de Juan Bodino, la historia se
convierte en fundamento del saber político, siendo los historiadores clásicos
los verdaderos artífices de un tratamiento científico de la práctica política.
Imagen
antagónica del príncipe de Maquiavelo es el príncipe de Desiderio Erasmo de Rotterdam:
un gobernante cristiano siempre debe orientar su política como imagen de Dios
en la tierra.
Avances
científicos; reforma de la astronomía de Copérnico. Influencia y pervivencia de
Galeno en medicina, así como la de Aristóteles biólogo. Enorme influencia en la
Botánica de Teofrasto, Plinio, Dioscórides y Galeno. Los ingenieros y
arquitectos renacentistas se sirvieron de Vitrubio, Vegecio, Herón, Plinio y
Arquímedes.
Alberti
estableció novedades en pintura: definió el cuadro como una ventana y determinó
la forma de establecer el punto de distancia, siguiendo normas matemáticas.
Ficino
no dudaba en conceder a la poesía carácter divino, pero cuando se trataba de
las formas materiales, negaba su belleza.
Leonardo
da Vinci es el principal exponente de las ideas estéticas de su tiempo. En
esencia mantiene las expresadas por Alberti, pero aunque coincide con él en que
la armonía es sinónimo de belleza, Leonardo sostiene que esa armonía sólo es
posible si el artista no se aparta del modelo: la naturaleza. Durero consigue
esto.
La
naturaleza y el hombre como el principal elemento continuaban siendo el punto
de mira para todos los artistas y teóricos.
La
teoría musical antigua se transmite a través de diversos tratados latinos: San
Agustín, Marciano Capela, Boecio, Casiodoro e Isidoro de Sevilla. La música se
estudiaba en el quadrivium.
En
España, hay que esperar hasta la época de los Reyes Católicos y, sobre todo, a
la de Carlos V, para que podamos observar una transformación profunda por lo
que se refiere a la recepción de los clásicos en la literatura española.
Herrera, Garcilaso.
Diego
de San Pedro, en su Cárcel de Amor, se sirve de la forma epistolar para
narrar las cuitas amorosas.
La
tradición clásica sigue siendo predominantemente latina. Influyó sobre todo el
Virgilio bucólico. Figura del pastor en Juan del Encina, Cervantes, Lope de
Vega.
Horacio
ejerce otra gran influencia: beatus ille. Garcilaso y Herrera son
pródigos en la imitación horaciana. Pero sobre todo en Fray Luis de León.
El
Asno de oro de Apuleyo es el referente clásico de la novela picaresca,
que comienza en el XVI con el Lazarillo.
Revolución
científica en el siglo XVII. Se atribuye la paternidad del método científico a
Galileo Galilei (1564-1642), que consta de tres etapas: la observación, la
experimentación y la teorización.
En Retórica y
Poética, en el Barroco lo más destacado es la tendencia renovadora. No
obstante, pervive la doctrina clásica: la tradición retórica, la filosofía
platónica, la Poética aristotélica y la Epistola ad Pisones de
Horacio.
Se dan
polémicas en torno a la poesía de Góngora en España y de Marino en Italia:
poesía culterana, fruto del ingenio, que ofrece innovaciones formales, exhibe
alusiones mitológicas e históricas, incluye cultismos e incluso palabras del
latín. Pero tanto quienes distinguen entre la virtud de la dificultad y el
vicio de la oscuridad, como quienes convierten la oscuridad en virtud capaz de
causar deleite, recurren al fin retórico ciceroniano de mover los afectos.
La teoría del
concepto, que es una importante aportación de este siglo, pone en relación la
dificultad poética con el ingenio y modifica la tradicional estructura retórica
de figuras y tropos. Esto tampoco es una ruptura con las teorías aristotélicas
y horacianas, puesto que la teoría conceptista tiene su base en la doctrina
aristotélica de la metáfora.
En cambio, el Arte
nuevo de hacer comedias en este tiempo (1609) de Lope de Vega es un claro
ejemplo de cómo se parte de los preceptos clásicos para ir contra ellos.
El teatro es,
sin duda, el género más importante del siglo XVII, el más apto para reflejar
una época de crisis que apreció como ninguna el topos clásico del “gran
teatro del mundo”. Sus rasgos se gestan en el S. XVI, cuando el teatro queda en
manos de los que serán sus principales protagonistas: por un lado, los
humanistas, con el teatro de escuela y universidad; y por otro lado, la
burguesía. En el XVII se añade la corte absolutista.
Séneca fue de
los más influyentes en la tragedia. Ej.: Shakespeare.
En cuanto a
España, el hecho más significativo, literariamente hablando, del siglo XVII, es
la polémica que surge en torno al nacimiento de lo que se ha llamado “nueva
poesía”, cuyo mayor exponente es la obra gongorina. El surgimiento de nuevos
códigos literarios se deja sentir en la recepción de los clásicos.
El uso de los
clásicos por parte de los autores de la “nueva poesía” no sólo se circunscribe
a la presencia concreta de unos pasajes determinados pertenecientes a una serie
de autores. Unos y otros consideran su lenguaje poético como heredero de formas
literarias clásicas.
En el Barroco
español hay que seguir hablando de una tradición clásica predominantemente
latina.
Hay tres
cauces formales de penetración de la materia mitológica: el soneto, la fábula
mitológica y el teatro.
Reelaboraciones
de episodios mitológicos, de fuente ovidiana y virgiliana, las encontramos
también en obras que no son estrictamente mitológicas. Especialmente
interesante resulta el episodio de la estancia de don Quijote y Sancho en casa
de los duques, reescritura de la estancia de Eneas en el palacio de Dido.
Ingleses y
franceses fueron los primeros visitantes de Grecia con un propósito de búsqueda
del ideal helénico, fruto del renovado interés de la Ilustración europea por la
cultura de la Antigüedad. Pero serán los alemanes los verdaderos
redescubridores de la idea de Grecia y sus transmisores por el Occidente
europeo, fundamentalmente en lo que se refiere al ámbito de la estética y la
literatura: Lessing, Goethe, Herder, Schiller.
Desde finales
del siglo XVII todas las producciones artísticas y todos los discursos críticos
deben acomodarse a los principios de la razón. Culmen en el Art poètique
de Boileau. De ahí la necesidad de reglas y de admiración a los autores
antiguos. Ahora la mímesis se escinde en dos: la imitación de la naturaleza y
la imitación de los antiguos. Pero se pasa por el tamiz de la razón hasta a la
misma Poética aristotélica. Precisamente la pugna contra la validez
absoluta de la autoridad de los antiguos y si imitación incondicional es el
objeto de la famosa “Querelle”.
Es
el siglo de la razón, de las Luces, y del buen gusto. Se distingue lo bello de
lo mediocre.
Los
teóricos de la Retórica y Poética en esta centuria, herederos de la doctrina y
normas que habían postulado los humanistas españoles del XVI y XVII, desde
Vives a Gracián, se esfuerzan, no obstante, por caracterizar sus escritos con
nuevas directrices, reglas, criterios y principios, indicios inequívocos de los
inminentes cambios.
En
este marco general de la Poética del XVIII (que no parece haber cambiado mucho
desde el Renacimiento, pues los modelos son Aristóteles y Horacio) surge uno de
sus máximos representantes, Ignacio de Luzán, autor de su Poética.
El
tono moralizante de la Ilustración dibujó un panorama para las artes en el cual
el deleite y la intención edificante debían ir unidos. La clásica asociación
entre belleza y bien resurge con fuerza, e incluso algunos autores manifiestan
una evidente devoción por Platón.
La
belleza en cuanto a categoría estética seguirá vinculada a las formas clásicas.
Se despierta en nuestra imaginación la idea de belleza cuando nos enfrentamos a
objetos proporcionados, armónicos... Hallamos, asimismo, una interpretación de
la belleza ligada a la libertad. El racionalismo ilustrado apostó por el hombre
autónomo.
La
mímesis, el concepto platónico que había forzado al arte a seguir fielmente la
naturaleza, siguió presente hasta bien avanzado el siglo.
Frente
al concepto clásico de la utilidad, los teólogos de la Ilustración procuraron
romper con esta máxima y abogar por un desinterés estético, como Montesquieu.
En
España, se sigue la estela barroca durante las primeras décadas del XVIII, y se
sigue la mitología clásica de una forma seria o burlesca. El término
“neoclásico” se podría definir como “nuevo clasicismo español”, que reaccionaría contra la tradición barroca.
Híbrido entre géneros grecolatinos y vernáculos, del Renacimiento.
Influencia
de la Ilustración en la literatura del XVIII: puede citarse la epístola enviada
por Jovellanos a los poetas de la escuela salmantina, en la que les pide que
cambien de rumbo su creación literaria, que dejen de tratar temas “ligeros”
para dedicarse a otros más serios.
Auge
del ensayo, como medio de difusión de ideas científicas. Cartas marruecas
de Cadalso.
Género
de los libros de viajes, fábulas...
Alabanza
a la vida rural: herencia de Horacio y Virgilio, cuyos poemas, con la
consiguiente idealización de lo rústico, sirven de referente clásico de la
doctrina económica de la fisiocracia, típicamente ilustrada.
Época de grandes cambios.
Hasta la Revolución Francesa (1789), el referente de un Estado siempre era el
Imperio Romano. En su reacción contra el orden establecido y el pasado
inmediato, los revolucionarios franceses recurrieron a referentes clásicos como
Esparta y Roma republicana, o a autores como Plutarco. Esparta se consideraba
referente de la república igualitaria.
En España el caso francés
atrajo la atención de los gobernantes, que no tardaron en mostrar reticencias e
incluso temor. Se prohibió hablar a favor o en contra de la Revolución.
Al otro lado del Atlántico, en
la Revolución americana, la presencia del legado grecolatino resulta evidente
ya en los mismos símbolos e instituciones: Senado, Capitolio...
Los modelos antiguos en los
que se basaron los románticos ingleses y alemanes en su reacción contra la
tradición estuvieron sin embargo, ya desde le principio, más lejos del mundo
romano que predominaba en Francia y más próximos al mundo griego.
El movimiento romántico, que
se rebelaba contra el viejo orden y las convenciones sociales y defendía la
libertad del individuo no menos que la de los pueblos, llevaba en sí mismo
implícito, por encima de la condición nacional de sus seguidores, el
alejamiento de la Roma imperial.
El antiguo mundo griego
ofreció a los románticos una vía de escape a sus frustraciones.
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