miércoles, 21 de diciembre de 2016

Anotaciones de "Antiquae lectiones", Signes Codoñer et alii

  

ANTIQUAE LECTIONES
El legado clásico desde la antigüedad hasta la Revolución Francesa

Juan Signes Codoñer, Beatriz Antón Martínez, Pedro Conde Parrado, Miguel Ángel González Manjarrés, José Antonio Izquierdo (Eds.)

Madrid, Cátedra, 2005.




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Introducción: Importancia de la tradición clásica en la cultura occidental. El título lo han tomado, en préstamo y homenaje, de la vasta miscelánea enciclopédica publicada en Venecia en 1516 por el humanista italiano Ludovico Ricchieri, gran estudioso del legado greco-latino.


Apuntes sobre la tradición de la literatura clásica: una introducción sobre la tradición clásica, a través de distintas épocas. La transmisión del antiguo legado ha permitido que muchas obras clásicas se conserven, aunque otras se hayan perdido.

Sobre el concepto de tradición clásica: interesante la etimología de “tradición”: del latín traditio, un sustantivo abstracto de la misma raíz que el verbo do (‘dar’), con el sufijo propio de abstractos –tio y con el prefijo tra- (trans), que está también en el verbo compuesto trado (‘transmitir’), y significa, por tanto, algo así como ‘acción de dar a través de una serie de mediadores’, ‘donación sucesiva’, ‘transmisión hereditaria’.
El sustantivo “tradición” es el más recurrido y más exitoso en los últimos tiempos para hablar de las escuelas de cultura y literatura grecolatinas en la posteridad, aunque con él coexisten términos como “pervivencia”, “influencia”...
El estudio de la tradición clásica debe atender legítimamente a todo lo relativo a la perduración de cualquier elemento de las civilizaciones clásicas griega y latina. De esta manera, una investigación sobre el latín posterior al de la Antigüedad, medieval, humanístico o neolatín, podría quedar bien comprendida en la “tradición clásica”.
Las secuelas de lo clásico han sido continuas hasta nuestros días. En determinadas épocas, como el Renacimiento, el impacto ha sido más ostensible. En otras épocas, como el Romanticismo, se ha procurado una cierta huida.
Distinción tradición patrimonial (asumida inconscientemente) / tradición culta (deliberada y consciente).
Casi siempre el legado de Grecia se transmite a través de obras latinas.
La tradición se ha extendido hacia el Oeste: de Grecia a Roma, de Roma a Europa y al resto del Imperio, y de Europa a América.


Sección I: La formación de la tradición clásica en Grecia


No hay acuerdo en el grado de incidencia que el uso creciente de la escritura tuvo en la conformación de tradiciones. Aquellas tradiciones basadas en la tradición oral son consideradas inmutables por la comunidad, aunque se han conformado a través de cambios; las leyes escritas, por el contrario, aunque inalterables en el presente, abren el camino a una permanente revisión y actualización.
Este conflicto se vivió en la Atenas del siglo V a. C., en el que se produjo un debate entre la “ley no escrita” de la comunidad, defendida por las familias aristocráticas, y la legitimación democrática. El enfrentamiento está simbolizado en la Antígona de Sófocles.
A pesar de que se ha solido considerar que la democracia ateniense no habría sido posible sin escritura, hoy sabemos que muchos atenienses del siglo V asociaron la escritura a un sistema tiránico y represor, propio de las monarquías burocráticas orientales. Heródoto vincula la escritura con la tiranía y el dominio persa, mientras asocia las tradiciones orales a la polis griega.
Lo que hoy se consideran “clásicos” griegos son en parte resultado de una sociedad en bulliciosa transformación de la oralidad a la escritura y no, como pensaba el clasicismo moderno, de una sociedad equilibrada que ha alcanzado su cénit.
Un tirano, Pisístrato de Atenas, fue el que introdujo el alfabeto jonio, y con él acudieron a Atenas todo tipo de poetas e intelectuales. Surgieron allí certámenes dramáticos y se difundieron copias escritas de la Ilíada y la Odisea.
Aunque la poesía había sido inscrita en piedra o cerámica, nunca tuvo un público lector hasta fines del siglo VI. Los pisistrátidas, impulsores de la escritura al servicio de sus intereses y en contra de los de la aristocracia, como tiranos que se apoyaban demagógicamente en el pueblo, pusieron en marcha, sin saberlo, un proceso que acabó en la democracia ateniense del S. V. Se había producido el “milagro griego”: en ninguna otra cultura hasta entonces la escritura se había socializado al servicio de la colectividad.
Carácter clásico de la literatura griega arcaica: concepción de lo clásico heredera de los griegos de época helenística, que fueron los que a partir del siglo III estudiaron la literatura griega anterior a partir de los rollos de papiro. Es en época helenística cuando se creó este concepto de lo clásico (intemporalidad y universalidad).
Prosa: gran parte del debate filosófico sigue siendo oral en el siglo V, al igual que son orales las discusiones entre los oradores en las asambleas. Los griegos de este periodo no entienden que se pueda debatir por escrito (e. g.: Pericles).
A finales del V, la prosa, por influjo de los sofistas, empieza a adquirir cualidades literarias. Los discursos judiciales empiezan a escribirse (Demóstenes). Platón, que defiende un debate oral, escribe Diálogos para divulgar su doctrina.
La batalla comercial la ganó la prosa, de tal forma que apenas se han conservado textos de poetas del siglo IV.


La importancia que los griegos otorgaban a la oratoria puede comprobarse ya en los poemas homéricos. En la Ilíada: reputación de Néstor; embajada a Aquiles; petición de Príamo a Aquiles para que le entregue el cuerpo de Héctor... Sin embargo, el nacimiento de la retórica se debe a Tisias y Córax (Platón, Fedro; Aristóteles, Retórica), dos siracusanos del siglo V a. C.
La Retórica puso énfasis en dos capacidades contrapuestas: la brevedad y precisión y la extensión ilimitada sobre un tema. Gorgias fue el creador de diferentes figuras retóricas, entre otras la antítesis y los homoiotéleuta, entre otros.
El progreso de la oratoria se vio fomentado por las características de la vida política en la ciudad-estado, sobre todo en Atenas, donde las asambleas y los tribunales populares hacían indispensable la elocuencia. Las contribuciones principales a la maduración de la retórica fueron las de Isócrates, Aristóteles y Teofrasto.
Isócrates, alumno de Gorgias, fue continuador de la sofística en su defensa del valor educativo de la retórica. Platón se opone radicalmente a esta concepción como a toda la sofística: el arte retórico es moral y políticamente reprochable porque destruye la verdad.
Para Aristóteles, la Retórica es la ciencia general de la persuasión. Se encuentra estrechamente relacionada con la dialéctica y la política. Dialéctica: asuntos generales. Retórica: asuntos concretos. En su obra Retórica describe los tres tipos de discurso, grave o elevado, medio y humilde.
En Oriente se seguirá estudiando Retórica en los originales griegos durante la Edad Media. Sólo a partir del Renacimiento volverá la Retórica aristotélica a influir en Occidente.
La Poética se desarrolló en Grecia como consecuencia de la preocupación sofística por la lengua y su correcto uso.
La Poética aristotélica no es una obra de teoría literaria general, sino que se limita al análisis del drama y de la épica. Parte que se conserva: tragedia y épica. Platón en la República y Aristóteles en la Poética consideran la imitación la esencia de la obra poética. La poesía despierta emociones y es por esa función ética por lo que les interesa, sobre todo subordinada a la función política. Finalidad catártica de la tragedia: seis elementos – trama, carácter, expresión, pensamiento, espectáculo y canto.
La teoría de Aristóteles es válida para géneros desarrollados mucho después, lo que ha convertido su tratado en uno de los más valiosos en la historia de la crítica literaria.
El libro termina con el estudio de la épica.
La teoría literaria griega posterior y la romana no llegaron a alcanzar la originalidad y profundidad del sistema aristotélico. Cicerón, Horacio, Quintiliano y muchos de los que siguieron se concentraban en una teoría normativa que consistía en dar reglas de interpretación y consejos a los futuros retóricos.
Rechazo al legado clásico por parte de los cristianos. La poética platónica se recibe en el siglo XV. El siglo XVI se caracteriza por la fuerte influencia de la Poética de Aristóteles.


El comienzo de la época helenística, y por tanto el final del Clasicismo, se ha fijado en el año 323 a. C., fecha de la muerte de Alejandro Magno (Aristóteles murió al año siguiente). Siguió una consolidación de las monarquías helenísticas: Ptolomeos en Egipto, Seleúcidas de Siria y Atálidas de Pérgamo, que van a conocer un apogeo cultural, económico y político.
La civilización helenística se extiende imponiendo una lengua común o koiné y una uniformidad cultural. Esta cultura está vinculada a grandes núcleos urbanos, sobre todo Alejandría, pero también Antioquía, Pérgamo... que atrajeron a científicos y literatos a trabajar en ellas.
El mecenazgo ptolemaico fue el más importante. Ptolomeo II Filadelfo instituyó (280 a. C.) el Museo, que se constituyó en el centro de una comunidad literaria y científica. Sus miembros tenían alojamiento en el Palacio Real, sueldos elevados... En cuanto a la otra fundación, la Biblioteca, cientos de miles de rollos de papiro (aprox. 490000) fueron almacenados allí durante la primera mitad del siglo III a. C., a imitación del Liceo y de la Academia de Atenas.
En esta etapa se dice adiós definitivamente a la oralidad que caracterizó a la cultura arcaica. Se intentaba convertir la literatura clásica en un bien permanente, un propósito al que subyacía la idea de que la literatura clásica se había terminado ya. Tras este proceso subyacía el concepto de lo clásico.
Los bibliotecarios tuvieron que poner en orden los libros. Esta simple “catalogación” es la base de la moderna crítica literaria. Calímaco y Apolonio de Rodas eran al mismo tiempo bibliotecarios y filólogos. El modelo poeta/crítico marcó la pauta para el mundo posterior, empezando por el romano Horacio, cuya actividad como poeta no es comprensible sin su erudición filológica.
Los gobernantes de Pérgamo también fundaron una gran biblioteca (tal vez obra de Eumenes II, 197-159 a. C). La figura más importante fue Crates de Malos, un estoico que inventó el pergamino.



“Sincretismo religioso” es una expresión que designa cualquier clase de influencia mutua entre religiones.
Las relaciones entre la religión griega y las orientales son muy antiguas. Hesíodo: su relato se parece tanto a otros procedentes del mundo hitita y mesopotámico, que la influencia de éstos sobre aquél es evidente. Como los griegos no tenían libros sagrados ni una casta sacerdotal guardiana de sus tradiciones, no había seria oposición a los cultos foráneos.
Con Alejandro Magno (356-323 a. C.), los principales centros de cultura no estaban ya en Grecia, sino en Asia o Egipto, y la literatura, la filosofía y el arte se cultivaban por monarcas absolutos, divinizados según la costumbre oriental.
Conviene considerar el sincretismo religioso helenístico como resultado de la expansión cultural griega en Asia y en Egipto desde la conquista de Alejandro hasta la implantación del cristianismo.
Fenómenos de sincretismo: identificación de unos dioses con otros, tanto entre las mismas divinidades griegas como entre griegas y extranjeras: Apolo con Helio, Ártemis con Hécate y con Selene, Zeus con Amón o Baal, Dioniso con Osiris...
Equivalencia Zeus/Ahora Mazda (=Oromasdes)/Vrthagna (=Artagnes).
Equivalencia Apolo/Mitra/Helio(=Sol)/Hermes.
Serapis, divinidad nueva formada a partir de Osiris y Apis.



La tradición didáctica griega tiene su continuación en Roma, se recupera sobre todo con el movimiento humanístico y perdura modernamente como una de las bases de la cultura occidental.
El avance de la cultura escrita no representó un progreso para las capas de la población que no podían acceder a la educación. Persistió el dominio del verso como vehículo de la memorización y también el sentimiento de la inutilidad de la educación, como caprichoso privilegio de los ricos.
El estado particular de la mujer era mucho más precario.
Eran los padres los que costeaban tanto la educación elemental como la superior; estamos ante una finalidad típica de las clases acomodadas. Plutarco aconseja a los padres sobre la crianza y la elección de los maestros y pedagogos (esclavos encargados de la tutela de los niños) y alude al obligado desembolso familiar.
El maestro de primeras letras es el grammatistés: carácter elemental de sus enseñanzas, lectura de poesía, aprendizaje de la escritura, cuentas. Se daba el cultivo del cuerpo en el gimnasio, y la música.
La educación intermedia la daba el grammatikós, y la superior, filosofía, retórica, formación científica con las matemáticas como centro. Antecesor de la suma del trivium y quadrivium del Medievo.


Aristóteles, en el siglo IV a. C., distingue claramente la sophía, la epistéme y la téchne.
Téchne: el arte es un conocimiento que proviene de la experiencia. No debemos creer que téchne tenga relación con la técnica; ésta tiene que ver con la artesanía.
Epistéme: traducido habitualmente como “ciencia”, se refiere a un grado de conocimiento superior –explicaciones racionales de hechos naturales a los cuales se había dado tradicionalmente la consideración de sobrenaturales.
Sophía o sabiduría: suprema categoría del conocimiento que se ocupa de las causas primeras y de los principios. Principios que para Aristóteles son las célebres cuatro causas del ser: material, formal, eficiente y final. Estaríamos ante lo que llamamos filosofía.
Anaxágoras (V a. C.) y Tales de Mileto (IV a. C.): sólo existía un elemento común. Empédocles: división en los clásicos cuatro elementos, a causa de las fuerzas de amor y odio. Esto servía para tener, en el siglo V a. C., un esquema compacto que diese razón de todos los seres de la naturaleza.
Demócrito, a principios del s. IV a. C.: aceptación del atomismo como explicación científica de la naturaleza.
Razonar por qué no fue sencillo admitir una concepción heliocéntrica nos llevaría a hablar del heliocentrismo de Aristarco de Samos (320-250 a. C.), excepcional dentro de la visión geocéntrica de la astronomía griega.
La palabra griega téchne remite al ámbito de la artesanía y la vida cotidiana. Mechanikoi: creadores o perfeccionadores de los llamados ingenios mecánicos. Herón de Alejandría (s. I d. C.), Arquímedes de Siracusa (287-212 a. C.).
Autor: Fernando Muñoz Box



Sección II: Grecia y Roma

Roma invade Grecia y Grecia invade Roma: Superado el dominio etrusco, la expansión romana por la península alarmó a las ciudades griegas del sur. La caída de Tarento (272 a. C.) produce la primera introducción masiva de obras de arte y prisioneros griegos en la capital latina.
Durante la Segunda Guerra Púnica, Filipo V de Macedonia se alía con los cartagineses. Después de la derrota cartaginesa en Zama (202 a. C.), tiene lugar la Segunda Guerra de Macedonia. Sometimiento a la influencia romana de las “liberadas” ciudades griegas. Tercera guerra de Macedonia: dominio romano total de la región.
El helenismo penetró en Roma durante los siglos III-II, como un tipo de refinamiento cultural de las clases altas. Los romanos son los precursores de un sistema de educación basado en las humanidades greco-latinas.
Horacio: Graecia capta ferum uictorem cepit (“La Grecia conquistada conquistó a su fiero vencedor”). Admiración hacia la superior cultura que se reconocía en el mundo griego clásico.
Al inicio de la era cristiana, la civilización romana alcanza creaciones propias de muy alto nivel. En el mundo romano dominante en el Mediterráneo, se constata un fenómeno de bilingüismo (griego/latín).



Cicerón nos dice que ya en la época de Lucio Licinio Craso (140-91 a. C.) y Marco Antonio (143-87 a. C.) se pueden encontrar en la ciudad escuelas de retórica.
Hermágoras sistematizó las partes de la retórica (invención, disposición, elocución, memoria y pronunciación del discurso); y las partes del discurso (introducción, narración, argumentación, conclusión). Pero sobre todo los status o estados de la causa: conjetural, definición, cualidad y procedimiento.
En 94 a. C. Plocio Galo abre su escuela para enseñar exclusivamente en latín.
Cicerón: Rhetorica ad Herennium y De inventione. El Ad Herennium es el primer manual completo escrito en latín. De inventione es una obra de juventud. Principales manuales de enseñanza en el Medievo. La influencia de Aristóteles fue muy grande. En lo que se refiere al Ad Herennium, se reconocen sólo tres status (conjetural, legal, jurídico). Cicerón reivindica la importancia de la filosofía en la formación del orador; y define los officia oratoris: probare, delectare, flectere.
Con la desaparición de las libertades públicas, la oratoria decae.
Para Epicuro, la filosofía tiene como misión la verdadera libertad, la auténtica serenidad (ataraxía). Cuatro errores impiden aquella libertad y serenidad: temor a los dioses, miedo a la muerte, ansia de placeres y rechazo al dolor. Ej.- Lucrecio, De rerum natura.
Muy pronto se extiende el estoicismo. Para los estoicos, el sabio debe armonizar su conducta con la ley divina y buscar la verdad y la felicidad por la ausencia de pasiones (apátheia).
Ya en el Imperio, Séneca se interesará por la física y por la ética. En él se une la exigencia del amor universal hacia los hombres con el miedo a la muerte y la idea de que el alma es inmortal y está prisionera del cuerpo.


La literatura latina nace, en cierto modo, del diálogo con la literatura griega. El modo en que se lleva a cabo esta asimilación afecta a la creación literaria.
Los modelos griegos influyen en el creador y en el lector gracias a actividades como la imitatio (asimilación imitativa), la aemulatio (emulación, transformación del modelo, intentando superarlo) y la syncrisis (comparación o valoración contrastada de varios autores).
En el ámbito del teatro los modelos griegos ejercen una influencia decisiva mediante distintos procedimientos de adaptación.
La influencia de los géneros griegos no impide que surja un género más propiamente romano, como la sátira: Ennio, Lucilio y Varrón.
Nueva poesía: Catulo (84-51 a. C.), adaptando diversos metros griegos e inspirándose en la poesía helenística.
La épica latina alcanza su punto culminante con la Eneida de Virgilio (70-19 a. C.).
La poesía lírica de época augústea alcanza con Horacio (65-8 a. C.) el mayor grado de asimilación de sus referentes poéticos. Las Odas muestran una depurada técnica de imitación de Safo y Alceo, Píndaro, Calímaco.



Tras la muerte de Augusto (14 d. C.), tiene lugar el surgimiento de una conciencia de lo clásico de la propia tradición romana. Se dan nuevas relaciones entre el poder imperial y la literatura, condicionando la libertad de los escritores.
Imitatio no sólo de la obras griegas, sino también de los propios precedentes latinos. Ovidio (43 a. C.-17 d. C.).
Épica de época flavia: Las argonáuticas de Valerio Flaco.
Prosa de la oratoria imperial: en lugar de las orationes clásicas, la oratoria se aplica a la creación de ejercicios retóricos llamados declamaciones, que tenían su origen en repertorios de composiciones similares. La prosa filosófica de Séneca recoge muchos elementos acuñados por Cicerón. Dialogi.
La literatura técnica presenta dos grandes modalidades: monografía sobre una determinada disciplina, o bien el tratado general de carácter enciclopédico. Obra de medicina de Celso, que vivió en época de Tiberio (14-37 d. C.)
Epigrama latino: culminación del género se alcanza con Marcial.
Fábula de Fedro.
En otros casos la relación con las obras griegas cobra un carácter paródico.
Siglo II d. C.: Plutarco, Apuleyo. Versiones más o menos vulgarizadas de las escuelas filosóficas helenísticas, así como cultos y religiones de ascencia oriental, en una forma de sincretismo religioso.
La época imperial, en resumen, contribuye a enriquecer el legado clásico grecolatino.


Ciencia y técnica en Roma: Grandes autores griegos, como Dioscórides (s. I d. C.) o Galeno (s. II d. C.) trabajaron en Roma o bajo su dominio.

La literatura técnica latina en prosa adopta dos formas:
1)      el manual, forma habitual para fines didácticos;
a.       el manual técnico-práctico, que adopta la forma de repertorio de datos;
b.      manuales de consulta.
2)      La enciclopedia: forma y función que la hacen eminentemente latina. Dedicada a la formación cultural general. A este grupo pertenecían obras de Catón, Varrón y Celso, pero no se conservan. Sólo hay una muestra representativa de Plinio.



Sección III: Imperio romano y cristianismo


Los contactos entre Israel y Grecia se hallan atestiguados por medio de la arqueología desde el siglo VII a. C. En época helenística se intensifican estos contactos (Alejandro Magno, 332 a. C.). Ptolomeos, y luego Seleúcidas. Reinado de los Macabeos desde 164 hasta 62 a. C. Desde entonces, se dio la influencia de Roma. El gobierno romano directo en Judea comenzó en el año 6 d. C., cuando Augusto depuso a Arquelao, hijo de Herodes el Grande. Este dominio duró hasta el fin del Imperio de Occidente.
Helenización de Israel: cambios en la religión, producción literaria en griego, uso de la lengua griega en transacciones comerciales, inscripciones sepulcrales, educación a la griega, helenización de nombres propios semitas.
Religión: Alejamiento de Dios de las realidades humanas y del universo, ángeles y demonios aumentan en número, mayor hincapié en la religiosidad individual, alma/cuerpo, inmortalidad/resurrección, conceptos morales del estoicismo.
Hecho literario: traducción de la Torá al griego. Comenzó en el s. III a. C. en Alejandría.
Dos cánones de “escritos sagrados” del Antiguo Testamento:
1)      el hebreo: también fragmentos en arameo. Propio de judíos y luego de protestantes tras la Reforma;
2)      el alejandrino, con mayor número de libros, añadidos en griego, que serían expulsados del canon judío en el s. II d. C., cuya validez sólo aceptan católicos, ortodoxos y otras iglesias.
La literatura helenística es toda de tema religioso. Falsificación de Oráculos Sibilinos. Obras no religiosas, como poesía épica, narraciones noveladas, etc. en defensa del judaísmo. Ej.- Flavio Josefo y Filón de Alejandría.
Josefo se dedicó a hacer la mejor propaganda del Imperio ante los judíos, a la vez que defendía a éstos de los falsos prejuicios y maledicencias de los grecorromanos.
Filón es autor de una importante obra filosófica. Platonismo.
Desde el punto de vista de impacto social, el Nuevo Testamento es la obra más importante del judeohelenismo.


Herencia pagana de la religión cristiana: Ecumenismo de San Pablo a finales del siglo I. Pablo reinventa el cristianismo para ofrecerlo al Imperio Romano.
El cristianismo fue la única religión excluyente en su época y su éxito radicaba en el exterminio de las restantes. Este exterminio requirió estrategias, como la destrucción de templos o la cristianización de fiestas y ritos para otorgar un nuevo ropaje a las viejas prácticas. Triunfó el catolicismo tras muchas luchas de poder en el seno de la Iglesia.
Justino, a mediados del siglo II, defiende que la herencia pagana era obra del diablo para desconcertar a los fieles.
El sospechoso misterio de la Trinidad atenta contra la propia esencia del monoteísmo. Los santos también parecen de religión politeísta. Así, en la misma medida que el Mediterráneo se hace monoteísta, el cristianismo se hace politeísta.
La muerte salvífica del dios no es una novedad. Ciclos míticos en Alejandría de Isis-Osiris-Serapis, misterios frigios de Cibeles, o Mitra, dios iranio regenerado. La revelación divina también era común, y también la resurrección, que los cultos mistéricos ofrecían como salvación eterna en compañía de sus dioses.
En la ética propugnada, ámbito de valores, se da el control del cuerpo.
En los rituales, tres niveles de herencia: 1) calendario; 2) lugares sacros, 3) mecanismos de relación con lo divino, cristianización de las formas.
Terminología para enunciar bases teológicas: se usaba el mismo de antes.
En el ritual cotidiano los fieles reproducen en los nuevos espacios sacros los mismos comportamientos que habían tenido con sus dioses locales: los lavan, los visten, les ofrecen dádivas y rezan para que intervengan por ellos.
Iconografía: Cristo como Apolo que sufre con el aspecto de un Laocoonte; pastor: fisonomía de los moscóforos; madre, diosas paganas: hierática Hera; Isis amamantando a Horus.
Castidad. Castración entre los seguidores de Cibeles, análoga al celibato.
La sumisión no es una innovación cristiana, sino una tendencia en el Mediterráneo de época imperial.



Según los pensadores cristianos del siglo IV, hay coincidencia entre imperio romano e imperio cristiano desde el principio. La llegada de Cristo coincide con el reinado de Augusto. Los ideólogos a este respecto son Agustín (354-430) y su discípulo Orosio. Este último propone su doctrina de los cuatro imperios: el babilónico, el macedónico, el cartaginés y el romano. Pero Osorio no acepta que Roma esté llegando a su fin, haciendo intervenir a Dios en la historia, y con la idea de que el imperio romano se identifica con el cristiano.
Cristianismo con Constantino. Sus sucesores serán todos cristianos. Teodosio, en 380, declaró al cristianismo como religión oficial del Imperio, prohibiendo la práctica del paganismo. La victoria de Teodosio en 394 sobre el paganismo político de Eugenio es considerada como el triunfo definitivo del cristianismo sobre el paganismo.
La Iglesia Católica se unifica y consolida su doctrina, alcanzando enorme poder político y económico. Llegará un momento en que el obispo de Roma será quien se convierta en auténtica cabeza de todos los nuevos estados bajo la bandera del catolicismo. Gregorio Magno, año 590.
Galia: cristianismo con los merovingios; Italia: ostrogodos; España: unidad bajo el signo católico con el visigodo Recaredo.



Tertuliano y el propio Agustín conocen, asimilan y utilizan la cultura pagana. Para el cultivo de determinados géneros los cristianos se sirven de los principios literarios que han regido la composición de esos mismos géneros en la literatura latina.
El tratado agustiniano De doctrina christiana es posiblemente el más importante tratado teórico de un autor cristiano acerca de la asimilación de la cultura clásica por parte de cristianos. Y si la cultura clásica se salvó fue gracias a que cayó en manos de los cristianos; ellos fueron los que la mantuvieron más o menos aletargada durante siglos.
Una buena parte de la producción literaria de la Iglesia, durante los ss. III y IV, es apologética. Hay acusaciones tanto de los cristianos a los paganos como al revés.
Agustín: su Ciudad de Dios es una defensa clara del pensamiento y la actitud cristiana, hecha con argumentos y con procedimientos literarios propios de las escuelas de Retórica paganas.


Los primeros autores cristianos que atacaron a los griegos eran ellos mismos de cultura y lengua griega y escribieron en griego sus obras.
Justino, seguidor antes de su conversión de distintas corrientes filosóficas (estoicismo, aristotelismo, pitagorismo, platonismo), en su obra consiguió poner los primeros cimientos de un sistema filosófico cristiano a imitación del pagano, buscando el reconocimiento de su doctrina.
El ateniense Tito Flavio Clemente, educado en filosofía pagana, sentará en Alejandría las bases de la filosofía cristiana. Clemente desarrolló la idea de que las creencias del cristianismo eran muy anteriores a las del paganismo, puesto que Moisés había vivido antes que Homero. Según esta idea, prestada de pensadores judíos, eran los griegos los que habían conocido las doctrinas cristianas (judías) en Oriente, adonde habían viajado Pitágoras o Platón, y no al revés, los cristianos los que, como sabemos, dependían de la tradición cultural pagana.
Esto supuso la cristianización de muchos pensadores griegos, incluso a Sócrates le hicieron santo.


Sección IV: El mundo tardoantiguo




Siglos V-VIII: fin del mundo antiguo e inicio de la Edad Media. División entre Oriente y Occidente (395), desaparición del Imperio de Occidente (476). Desde 330, Oriente como entidad propia.
La cultura clásica comienza a sobrevivir principalmente como cultura cristiana y se encauza por dos caminos, el griego y el latino, que no volverán a encontrarse hasta el Renacimiento.
Desde Arabia tiene lugar en el s. VII una expansión territorial de gran alcance; en el s. IX, renovación filosófica. Judaísmo e islamismo, como culturas desarrolladas dentro del ambiente del helenismo, recogieron distintas caras de la herencia clásica.
La construcción de iglesias transforma los paisajes urbanos y rurales. Sin embargo, hay rasgos del clasicismo, como la reutilización de las basílicas paganas y la decoración con mosaicos (Rávena, Constantinopla).
La capacidad de adaptación de las clases dirigentes romanas tiene a fortalecer las posibilidades de una nueva unidad. Legitimación del poder.
Poder de los obispos: atribuciones seculares concedidas por Constantino. Ej.: Ambrosio, Juan Crisóstomo, Agustín, Martín de Tours.
Fue mayor la solidez de la estructura urbana, símbolo del clasicismo, en Oriente que en Occidente.
El siglo VII se define como parte de la Antigüedad Tardía o de la Alta Edad Media. No existe una sociedad unitaria en Europa y Asia. La unidad para ellos era la Iglesia en cada caso.
La conquista árabe se produce sobre territorios cambiantes. Se muestra en ellos poca capacidad de resistencia por parte de las poblaciones del Imperio bizantino. Incluso aparecen como libertadores. Los sectores dirigentes árabes se apropiaron de la cultura bizantina, que permanece como sincretismo helenístico y oriental.
Siglo VIII ocupado por tres mundos: 1) Occidente latinogermano; 2) Bizancio; 3) Islam.



Trivium y quadrivium: La mención de “artes liberales” lleva aparejada el número siete y se piensa en un grupo fijo de materias, cuya vigencia en la educación cuenta con una tradición continuada desde la Antigüedad. Pues bien, ni siempre fueron siete, ni siempre fueron las mismas.
Ars no es equivalente de “ciencia”, sino de “técnica”. Necesita una adjetivación para diferenciarla. “Liberales” quiere decir “dignas del hombre libre”
Cicerón hace alusión a las artes liberales, ej.: música, geometría, astrología, gramática y retórica.
Séneca, clasificación de las artes que hizo Posidonio: artes manuales, artísticas, destinadas a la educación y destinadas a adquirir la uirtus. Las últimas son propias del filósofo.
Por primera vez en Jerónimo de Estridón (350-420) el número de los profesionales de las artes superiores coincide con siete, pero con ciertas peculiaridades. El número siete lo completa la medicina.
Es el siglo V, con Marciano Capela, cuando vemos las siete artes liberales en la forma que se impondrá a lo largo de la Edad Media. Las materias son: gramática, retórica, dialéctica, aritmética, geometría, música y astronomía.
El número se asume definitivamente con Casiodoro (s. VI) e Isidoro de Sevilla (s. VII).
Término “quadrivium” para designar el grupo de aritmética, geometría, música y astronomía. Más tardío es el vocablo “trivium” para gramática, retórica y dialéctica.



Siglo IV, frontera oriental del Imperio Romano en manos de bárbaros godos. Ostrogodos y visigodos, asentados al este y oeste del Dniéper respectivamente, de donde vienen sus nombres. Acaban por enseñorearse en Italia (ostrogodos, ss. V-VI) y el suer de la Galia e Hispania (visigodos, ss. V-VII). Eco clásico en su dominio: Boecio, Casiodoro, Isidoro de Sevilla.
En Isidoro convergen las tres características que definen socialmente las cumbres de la cultura ostrogoda-visigoda: su familia parece tener origen hispanorromano; tuvo asiduo contacto con todos los monarcas visigodos contemporáneos, y sus amplios conocimientos de la cultura antigua estuvieron al servicio de intereses religiosos y pastorales.
La cultura visigoda muere con la llegada de los árabes en 711.



Las sucesivas campañas militares dirigidas por los generales de Justiniano contra vándalos, ostrogodos y visigodos permitieron restablecer el poder efectivo del imperio romano, gobernado desde Constantinopla. Pero no consiguió restaurar los modelos culturales y sociales del imperio, que caminaba ya hacia la constitución de los estados nacionales.
            Con Justiniano, la lengua de la administración deja de ser el latí y pasa a ser el griego. Por otra parte, la literatura griega que se cultiva en el reinado de Justiniano abre paso a nuevos modelos alejados de la tradición clásica. Griego más próximo al hablado.
            Frente a estos elementos rupturistas, hay todavía escritores clasicistas que intentan asumir el legado clásico desde el punto de vista formal. Procopio, Agatías.
            En el reinado de Justiniano se persiguió sistemáticamente a los numerosos paganos que quedaban todavía en Oriente. Los últimos filósofos neoplatónicos tuvieron qu emigrar a Persia.
            En el siglo VII, con el desmoronamiento del imperio, comienza la época más oscura de Bizancio. Asedios masivos.


Derecho romano: A lo largo de más de un milenio, Roma dio leyes al mundo. La “civitas” fue dándose normas escritas con plena conciencia de sí, desde el siglo V a. C. Sin embargo, la voluntad imperial fue convirtiéndose, progresivamente, en verdadera fuente de Derecho: “lo que quiere el Príncipe tiene fuerza de ley”, pero siempre auxiliada por los grandes juristas del Principado, que solían ser altos funcionarios del aparato imperial: Salvio Juliano, Publio Juvencio Celso, Cervidio Escévola, Papiniano, Ulpiano, etc.).
La crisis del siglo III trajo modificaciones. Las constitutiones se convierten en la única fuente innovadora del ordenamiento.
La codificación justinianea se inscribe en el programa general de este emperador basado en el viejo esplendor del mundo clásico.



Sección V: La Alta Edad Media



La transmisión de la cultura clásica en los monasterios: Los fundamentos de todas estas artes, trivium y quadrivium, no podían buscarse más que en una tradición, la pagana grecolatina, que era preciso conservar, aunque de manera muy selectiva.


Parece admitirse en general la existencia de unos “renacimientos medievales”, etapas en que se cultiva febrilmente a los clásicos, se recuperan sus textos y se imitan sus temas y sus formas, frente a otras “etapas oscuras”.
Labores de copia de los clásicos en los scriptoria.
Tras la muerte de Carlomagno, el imperio se va desmoronando a lo largo de los siglos IX y X, y la reforma cultural, incluidos el cultivo y copia de los clásicos, se resiente en gran medida.
Desde finales del XII y a lo largo del XIII, las escuelas y las incipientes universidades se dedican ya a asimilar el material recuperado previamente más que a seguir descubriendo nuevos textos.


En las dos primeras centurias del gobierno abbasí (ss. VIII-X) tuvo lugar un movimiento de traducción sin precedentes: casi todas las obras griegas, de carácter no-literario ni histórico, disponibles a través del Imperio Bizantino, fueron traducidas al árabe.
Las dos teorías que a menudo se apuntan para explicar la existencia de este movimiento son: 1) el celo intelectual de unos pocos cristianos hablantes del siriaco que, dominando el griego por su educación y el árabe por las circunstancias históricas, decidieron traducir ciertas obras para provecho de la sociedad (o para promocionar su propia religión); 2) la sabiduría, la apertura de mente y la curiosidad intelectual de unos pocos califas “ilustrados”.



A principios del siglo IX, el imperio bizantino ve cómo los carolingios al Oeste y los abbasíes al Este de sus fronteras construyen en gran medida su identidad a costa de la propia.
Sin embargo, los bizantinos, recién salidos de su crisis búlgara, no tardaron en reivindicar para sí en exclusiva la condición de “romanos” negándosela al mismo tiempo a los cristianos de Occidente.
Por aquel entonces empezaron a circular en la corte abbasí genealogías míticas que hacían a los árabes directos descendientes de los antiguos griegos y situaban a los bizantinos al margen de esta herencia cultural. Ante esta situación, los intelectuales bizantinos empezaron a dar una importancia creciente al legado de los antiguos griegos.
Sólo durante el gobierno del último emperador iconoclasta, Teófilo (829-842), se produjo un apoyo decidido al estudio de la cultura filosófica y científica griega clásica. Una figura clave es León el Filósofo.
El saqueo de Constantinopla por los cruzados occidentales en 1204 marca una ruptura en el clasicismo bizantino: gran parte del legado griego se perdió en unos pocos días en incendios y pillajes de los soldados cristianos de Occidente.



El florilegio en la Edad Media es una recopilación de extractos de obras de diferentes autores –sean clásicos, cristianos o medievales- realizada por un solo compilador. Más de mil testimonios conservados.
Hay florilegios puramente patrísticos. Otros reúnen textos cristianos y clásicos. En otros florilegios se incluyen textos medievales: es el caso del Berlín Diezianus B60, que recoge, además de extractos de autores cristianos y clásicos, textos bíblicos y de escritores medievales.
En un florilegio el excerptor selecciona y decide qué obras son dignas de ser extractadas, y de ellas, los textos que deben formar parte de la colección.
A la amplia difusión de estas antologías en la Edad Media contribuyeron los métodos de enseñanza, pero también el que su uso resultaba más cómodo que la consulta de las obras completas.
Los dos florilegios de autores clásicos más ricos e importantes anteriores al siglo XIII son el Florilegium Gallicum y el Florilegium Angelicum.
El principal valor de estas recopilaciones reside en ser receptoras y transmisoras de la cultura clásica.



Sección VI: La Baja Edad Media



Los árabes que llegan en el siglo VIII no traen ningún patrimonio científico digno de mención. En las ciencias, hay tres áreas de trasvase del mundo visigótico al árabe: 1) la medicina, monopolizada por físicos mozárabes, Aforismo, identificado con los Aforismos de Hipócrates. 2) Astrología: “sistema de las cruces”, pasó al castellano en una traducción alfonsí como “Libro de las cruzes”. 3) Agronomía.
La nueva actitud del saber árabe persigue la educación de los príncipes. Influye decisivamente la pasión por la astrología y el interés en otras de las ciencias de los antiguos (ciencias de tradición clásica más la filosofía).
El primer gran astrónomo y matemático andalusí, Maslama de Madrid, conoció profundamente el Almagesto y el Planisferio de Ptolomeo.
La filosofía se desarrolla más tarde que las ciencias.
Aunque pueda parecer una paradoja, a partir del siglo XI en que se produce el auge definitivo de la ciencia y el pensamiento andalusíes, las obras del Oriente musulmán acasi dejan de llegar. Ello se debe a que el gran corpus de de las traducciones clásicas ya se había completado, y el de obras de los tratadistas árabo-islámicos estaba ya muy avanzado. En la única ciencia de los antiguos en que advertimos una recepción más tardía del legado clásico es la filosofía, ya que ésta se desarrolla a partir del s. XI.
Platón fue mal conocido por los andalusíes.


Los fundamentos de la cultura y la ciencia de los árabes se apoyaban en el legado cultural, filosófico y científico griego difundido en Oriente a través del helenismo y más tarde por el cristianismo de habla griega de las iglesias orientales.
La parte fundamental del paso de la cultura griega al Occidente latino tuvo su origen en las traducciones al latín de la ciencia árabe entre los ss. X y XIII en las diversas Escuelas de Traducción de la Península Ibérica, con Toledo como la más conocida.
Transmitidas estas traducciones al mundo cristiano latino, con la creación de las universidades, la enseñanza en ellas se apoyó fundamentalmente en la lectura directa y el comentario de los autores más importantes de cada una de las ciencias.


La Universidad medieval se caracteriza por una forma de organización corporativa y por un método de enseñanza basado en la escolástica, rasgos ausentes en otros centros de enseñanza superior de la época, en el mundo bizantino o musulmán.
Las universidades surgen en plena Edad Media (ss. XI-XIII) en un contexto de crecimiento económico y demográfico, de renacimiento de las ciudades... La Universidad dinamizaba la vida económica de las ciudades en que tenía su sede, educaba a los clérigos y juristas que nutrían las cortes, elevaba el nivel cultural...
Carlomagno había dispuesto la creación de escuelas en los monasterios y catedrales del Imperio, para formar clérigos, monjes, y, a veces, laicos.
La enseñanza universitaria era más prolongada que la actual. En este sistema de enseñanza lo oral jugaba un papel fundamental, pero dicha oralidad se apoyaba en los libros y se plasmaba luego por escrito. Enseñanza del trivium y el quadrivium.
La enseñanza se desarrollaba toda en latín.
En los siglos XIV y XV se multiplicaron los centros universitarios impulsados por reyes o príncipes, pero la proliferación de universidades y las crisis político-religiosas supusieron la pérdida de su carácter plurinacional. Además, el poder real y pontificio supuso una creciente injerencia en los asuntos universitarios y una limitación de su autonomía.


Los maestros escolásticos consideran a Aristóteles como la autoridad y la fuente inicial de su saber lógico.


Desde sus orígenes en Alejandría la Gramática siempre tuvo una relación muy estrecha con la literatura. Disciplina del trivium. ‘Aprender gramática’ significaba ‘aprender latín’.

El saber enciclopédico: Etimologías de Isidoro. San Agustín: De doctrina christiana: reunir todos los conocimientos alcanzados por el hombre como introducción al cultivo y dominio de la ciencia sagrada.


La llegada del Derecho justinianeo a Occidente se produjo a través de la Pragmática Sanción dictada por el emperador Justinano en 554 para reorganizar los territorios italianos recién conquistados.
El doctor iuris civilis se convierte en intérprete revestido de autoridad, como los doctores de la Iglesia en materia teológica. Pero esta autoridad se deriva del dominio del método: el método escolástico.


Ciencia: La transmisión del saber griego (junto al árabe y otros) al mundo occidental cristiano de la Edad Media a través de las traducciones del árabe al latín o directamente del griego constituye un hecho decisivo en la historia del mundo occidental.
La dinámica y las fuerzas motrices se formularon ya en el s. VI. Los filósofos de los ss. XIII y XIV también discutieron la naturaleza del movimiento.
En las universidades medievales la enseñanza de las disciplinas matemáticas figuraba entre los estudios de las artes liberales (quadrivium): Aritmética, Geometría, Astronomía y Música.
También hubo importantes tratados de Astronomía, Medicina, Biología... En todas ellas tuvo una gran influencia Aristóteles.


Primer humanismo: Aunque el arranque vendría con Petrarca en las décadas centrales del siglo XIV, podemos hablar ya de humanismo en sentido propio desde los últimos decenios del siglo anterior. Varios factores propiciaron el nacimiento del humanismo en el norte de Italia en el XIII: aspectos culturales y literarios: influencia francesa, poesía provenzal; influencia latina (clásicos), resurgimiento de la Gramática; factores políticos y sociales: cultura urbana, repúblicas independientes.
Prehumanismo o protohumanismo: movimiento urbano, laico, patriótico, estético y literario, aplicado casi exclusivamente a la poesía. Perceptible en ciudades como Venecia, Vicenza, Verona.


Se llama renacimiento paleólogo al auge de la copia de obras antiguas, del sistema educativo y del nivel cultural (incluidas también las artes) que tuvo lugar bajo esta dinastía (1261-1453). El acercamiento a los textos clásicos no fue sólo filológico (copiar, corregir, anotar), sino que hubo una especie de renacimiento espiritual.


La prehistoria de la emigración de eruditos griegos a Occidente comienza con las actividades de italianos de origen bizantino que mantuvieron contactos con Constantinopla. Acontecimiento importante fue el concilioi de Ferrara-Florencia (1438-1439) cuyo acuerdo de unión entre las iglesias no fue aceptado en Constantinopla.


Los clásicos en la España cristiana medieval: Situación privilegiada en la Alta Edad Media en la transmisión del legado clásico debido a los visigodos, que se interrumpió con la entrada de los árabes en 711.
En el siglo XIII destaca la labor de Alfonso X el Sabio y de la llamada “Escuela de Traductores de Toledo”. Vertieron al romance copias manuscritas de autores árabes y latinos. Los árabes eran intermediarios en la transmisión del legado helénico.
Traducción de autores latinos: Virgilio, Horacio, Ovidio, Lucano, Juvenal... Redacción de las Partidas, la Crónica General o la General Estoria.
            Al margen de la labor alfonsí, en un plano más literario, dentro del Mester de Clerecía, destaca el Libro de Alexandre. Alejandro se transforma en un caballero medieval, que recibe una educación típicamente medieval, instruido por Aristóteles en el trivium y el quadrivium.
            El Libro de Buen Amor deja sentir un influjo ovidiano, concretamente el Ovidio maestro de amor.
            El siglo XV se caracteriza por el influjo italiano: Ausías March, Juan de Mena, Enrique de Villena, Marqués de Santillana.
            El propio Juan de Mena se arrepiente al final de su vida de su excesiva erudición clásica.

Sección VII: El Renacimiento


El ‘Renacimiento’ se entiende como una categoría histórica que abarca la vida y civilización del Occidente europeo (incluyendo el Nuevo Mundo) entre más o menos el comienzo del siglo IV y las postrimerías del XVI. El término se acuña por reacción a los años finales del Medievo, es decir, a la escolástica.
Se dan cambios en la mentalidad política y social, expansión económica, capitalismo incipiente, desarrollo urbano, progreso técnico, “humanización del hombre”.
Lo que la historiografía ha llamado ‘humanismo’ es un movimiento cultural y pedagógico que se aparta de la dialéctica escolástica para formar a los hombres según un nuevo programa de “estudios de humanidad” (studia humanitatis). Del trivium y quadrivium quedan sólo la gramática y la retórica, y ahora se estudia la poesía, la historia y la filosofía moral.
Los humanistas, como pedagogos o eruditos literarios, impusieron la cultura clásica en la formación del hombre y se dedicaron para ello a buscar, estudiar, comentar e imitar los textos de los antiguos. La filología, por tanto, fue su herramienta esencial.
Más adelante se da un “segundo humanismo” no italiano, al que perteneció el “triunvirato” de la primera mitad del siglo XVI: Guillaume Budé, Juan Luis Vives y Erasmo de Rotterdam, el mayor intelectual del momento. Con la pedagogía como finalidad y la imprenta por instrumento (que difundió como nunca a los autores clásicos), estos hombres pretendieron formar Europa con el viejo ideal del clasicismo humanista, que se teñía ahora de un cristianismo evangélico por los tiempos de crisis que se atravesaban.
En España el humanismo había seguido un rumbo diferente: no llegó a la categoría de movimiento cultural que había alcanzado en otras latitudes. Nebrija.

Fue revolucionario el invento de la imprenta, por Johan Gutemberg (1396-1468). Primer libro impreso: Biblia de Gutemberg (1456). Se instalaron impresores en multitud de ciudades europeas.

Se considera que el siglo XVI es el momento de la formación de la teoría literaria moderna, la época de la crítica, porque se fijan y difunden grandes textos sobre la materia. Redescubrimiento de tratados de época clásica.
Existe un acuerdo general acerca de los cuatro tipos de fuentes antiguas o tradiciones para la Poética: 1) Platón; 2) Aristóteles; 3) Horacio; 4) la propia Retórica, con su tradición y asentados conceptos. Tratados de todos ellos se imprimieron en el siglo XVI.
En el ámbito de la Retórica, es imprescindible tener en cuenta la influencia ejercida por la Retórica de Aristóteles y la Institutio Oratoria de Quintiliano, así como textos de Cicerón: De inventione, Brutus, Orator, De oratore.
            La Retórica se incorpora al currículo de materias universitarias fundamentales, lo que induce a la publicación de textos escolares para necesidades docentes.

            El uso y la difusión de la elocuencia clásica exige transformar las enseñanzas del trivium y aplicar los nuevos studia humanitatis: disciplinas que propician el mejor conocimiento de la lengua latina a través de métodos gramaticales y retóricos cada vez más depurados. De este proceso se benefician también las lenguas vernáculas, a las que se extendía la elocuencia.
            Se advierte, en el ámbito de lo social, un amor creciente por la propia lengua y en lo político surge la idea de Lorenzo Valla y de Antonio de Nebrija de que la lengua es compañera del imperio.

            En el Renacimiento renace la antigüedad romana más que la griega. Fueron los romanos, no los griegos, los que transmitieron al Renacimiento la noción de historia nacional.
            La Historia adquiere ahora un valor instrumental y moral, una finalidad pragmática y ejemplar. A partir de Nicolás Maquiavelo y de Juan Bodino, la historia se convierte en fundamento del saber político, siendo los historiadores clásicos los verdaderos artífices de un tratamiento científico de la práctica política.
            Imagen antagónica del príncipe de Maquiavelo es el príncipe de Desiderio Erasmo de Rotterdam: un gobernante cristiano siempre debe orientar su política como imagen de Dios en la tierra.

            Avances científicos; reforma de la astronomía de Copérnico. Influencia y pervivencia de Galeno en medicina, así como la de Aristóteles biólogo. Enorme influencia en la Botánica de Teofrasto, Plinio, Dioscórides y Galeno. Los ingenieros y arquitectos renacentistas se sirvieron de Vitrubio, Vegecio, Herón, Plinio y Arquímedes.

            Alberti estableció novedades en pintura: definió el cuadro como una ventana y determinó la forma de establecer el punto de distancia, siguiendo normas matemáticas.
            Ficino no dudaba en conceder a la poesía carácter divino, pero cuando se trataba de las formas materiales, negaba su belleza.
            Leonardo da Vinci es el principal exponente de las ideas estéticas de su tiempo. En esencia mantiene las expresadas por Alberti, pero aunque coincide con él en que la armonía es sinónimo de belleza, Leonardo sostiene que esa armonía sólo es posible si el artista no se aparta del modelo: la naturaleza. Durero consigue esto.
            La naturaleza y el hombre como el principal elemento continuaban siendo el punto de mira para todos los artistas y teóricos.

            La teoría musical antigua se transmite a través de diversos tratados latinos: San Agustín, Marciano Capela, Boecio, Casiodoro e Isidoro de Sevilla. La música se estudiaba en el quadrivium.

            En España, hay que esperar hasta la época de los Reyes Católicos y, sobre todo, a la de Carlos V, para que podamos observar una transformación profunda por lo que se refiere a la recepción de los clásicos en la literatura española. Herrera, Garcilaso.
            Diego de San Pedro, en su Cárcel de Amor, se sirve de la forma epistolar para narrar las cuitas amorosas.
            La tradición clásica sigue siendo predominantemente latina. Influyó sobre todo el Virgilio bucólico. Figura del pastor en Juan del Encina, Cervantes, Lope de Vega.
            Horacio ejerce otra gran influencia: beatus ille. Garcilaso y Herrera son pródigos en la imitación horaciana. Pero sobre todo en Fray Luis de León.
            El Asno de oro de Apuleyo es el referente clásico de la novela picaresca, que comienza en el XVI con el Lazarillo.


Sección VIII: El Barroco



Revolución científica en el siglo XVII. Se atribuye la paternidad del método científico a Galileo Galilei (1564-1642), que consta de tres etapas: la observación, la experimentación y la teorización.
En Retórica y Poética, en el Barroco lo más destacado es la tendencia renovadora. No obstante, pervive la doctrina clásica: la tradición retórica, la filosofía platónica, la Poética aristotélica y la Epistola ad Pisones de Horacio.
Se dan polémicas en torno a la poesía de Góngora en España y de Marino en Italia: poesía culterana, fruto del ingenio, que ofrece innovaciones formales, exhibe alusiones mitológicas e históricas, incluye cultismos e incluso palabras del latín. Pero tanto quienes distinguen entre la virtud de la dificultad y el vicio de la oscuridad, como quienes convierten la oscuridad en virtud capaz de causar deleite, recurren al fin retórico ciceroniano de mover los afectos.
La teoría del concepto, que es una importante aportación de este siglo, pone en relación la dificultad poética con el ingenio y modifica la tradicional estructura retórica de figuras y tropos. Esto tampoco es una ruptura con las teorías aristotélicas y horacianas, puesto que la teoría conceptista tiene su base en la doctrina aristotélica de la metáfora.
En cambio, el Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo (1609) de Lope de Vega es un claro ejemplo de cómo se parte de los preceptos clásicos para ir contra ellos.

El teatro es, sin duda, el género más importante del siglo XVII, el más apto para reflejar una época de crisis que apreció como ninguna el topos clásico del “gran teatro del mundo”. Sus rasgos se gestan en el S. XVI, cuando el teatro queda en manos de los que serán sus principales protagonistas: por un lado, los humanistas, con el teatro de escuela y universidad; y por otro lado, la burguesía. En el XVII se añade la corte absolutista.
Séneca fue de los más influyentes en la tragedia. Ej.: Shakespeare.

En cuanto a España, el hecho más significativo, literariamente hablando, del siglo XVII, es la polémica que surge en torno al nacimiento de lo que se ha llamado “nueva poesía”, cuyo mayor exponente es la obra gongorina. El surgimiento de nuevos códigos literarios se deja sentir en la recepción de los clásicos.
El uso de los clásicos por parte de los autores de la “nueva poesía” no sólo se circunscribe a la presencia concreta de unos pasajes determinados pertenecientes a una serie de autores. Unos y otros consideran su lenguaje poético como heredero de formas literarias clásicas.
En el Barroco español hay que seguir hablando de una tradición clásica predominantemente latina.
Hay tres cauces formales de penetración de la materia mitológica: el soneto, la fábula mitológica y el teatro.
Reelaboraciones de episodios mitológicos, de fuente ovidiana y virgiliana, las encontramos también en obras que no son estrictamente mitológicas. Especialmente interesante resulta el episodio de la estancia de don Quijote y Sancho en casa de los duques, reescritura de la estancia de Eneas en el palacio de Dido.



Sección IX: La Ilustración


Ingleses y franceses fueron los primeros visitantes de Grecia con un propósito de búsqueda del ideal helénico, fruto del renovado interés de la Ilustración europea por la cultura de la Antigüedad. Pero serán los alemanes los verdaderos redescubridores de la idea de Grecia y sus transmisores por el Occidente europeo, fundamentalmente en lo que se refiere al ámbito de la estética y la literatura: Lessing, Goethe, Herder, Schiller.

Desde finales del siglo XVII todas las producciones artísticas y todos los discursos críticos deben acomodarse a los principios de la razón. Culmen en el Art poètique de Boileau. De ahí la necesidad de reglas y de admiración a los autores antiguos. Ahora la mímesis se escinde en dos: la imitación de la naturaleza y la imitación de los antiguos. Pero se pasa por el tamiz de la razón hasta a la misma Poética aristotélica. Precisamente la pugna contra la validez absoluta de la autoridad de los antiguos y si imitación incondicional es el objeto de la famosa “Querelle”.
            Es el siglo de la razón, de las Luces, y del buen gusto. Se distingue lo bello de lo mediocre.
            Los teóricos de la Retórica y Poética en esta centuria, herederos de la doctrina y normas que habían postulado los humanistas españoles del XVI y XVII, desde Vives a Gracián, se esfuerzan, no obstante, por caracterizar sus escritos con nuevas directrices, reglas, criterios y principios, indicios inequívocos de los inminentes cambios.
            En este marco general de la Poética del XVIII (que no parece haber cambiado mucho desde el Renacimiento, pues los modelos son Aristóteles y Horacio) surge uno de sus máximos representantes, Ignacio de Luzán, autor de su Poética.

            El tono moralizante de la Ilustración dibujó un panorama para las artes en el cual el deleite y la intención edificante debían ir unidos. La clásica asociación entre belleza y bien resurge con fuerza, e incluso algunos autores manifiestan una evidente devoción por Platón.
            La belleza en cuanto a categoría estética seguirá vinculada a las formas clásicas. Se despierta en nuestra imaginación la idea de belleza cuando nos enfrentamos a objetos proporcionados, armónicos... Hallamos, asimismo, una interpretación de la belleza ligada a la libertad. El racionalismo ilustrado apostó por el hombre autónomo.
            La mímesis, el concepto platónico que había forzado al arte a seguir fielmente la naturaleza, siguió presente hasta bien avanzado el siglo.
            Frente al concepto clásico de la utilidad, los teólogos de la Ilustración procuraron romper con esta máxima y abogar por un desinterés estético, como Montesquieu.
            En España, se sigue la estela barroca durante las primeras décadas del XVIII, y se sigue la mitología clásica de una forma seria o burlesca. El término “neoclásico” se podría definir como “nuevo clasicismo español”,  que reaccionaría contra la tradición barroca. Híbrido entre géneros grecolatinos y vernáculos, del Renacimiento.
            Influencia de la Ilustración en la literatura del XVIII: puede citarse la epístola enviada por Jovellanos a los poetas de la escuela salmantina, en la que les pide que cambien de rumbo su creación literaria, que dejen de tratar temas “ligeros” para dedicarse a otros más serios.
            Auge del ensayo, como medio de difusión de ideas científicas. Cartas marruecas de Cadalso.
            Género de los libros de viajes, fábulas...
            Alabanza a la vida rural: herencia de Horacio y Virgilio, cuyos poemas, con la consiguiente idealización de lo rústico, sirven de referente clásico de la doctrina económica de la fisiocracia, típicamente ilustrada.



Sección X: Revolucionarios y románticos



Época de grandes cambios. Hasta la Revolución Francesa (1789), el referente de un Estado siempre era el Imperio Romano. En su reacción contra el orden establecido y el pasado inmediato, los revolucionarios franceses recurrieron a referentes clásicos como Esparta y Roma republicana, o a autores como Plutarco. Esparta se consideraba referente de la república igualitaria.
En España el caso francés atrajo la atención de los gobernantes, que no tardaron en mostrar reticencias e incluso temor. Se prohibió hablar a favor o en contra de la Revolución.
Al otro lado del Atlántico, en la Revolución americana, la presencia del legado grecolatino resulta evidente ya en los mismos símbolos e instituciones: Senado, Capitolio...

Los modelos antiguos en los que se basaron los románticos ingleses y alemanes en su reacción contra la tradición estuvieron sin embargo, ya desde le principio, más lejos del mundo romano que predominaba en Francia y más próximos al mundo griego.
El movimiento romántico, que se rebelaba contra el viejo orden y las convenciones sociales y defendía la libertad del individuo no menos que la de los pueblos, llevaba en sí mismo implícito, por encima de la condición nacional de sus seguidores, el alejamiento de la Roma imperial.
El antiguo mundo griego ofreció a los románticos una vía de escape a sus frustraciones.




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